Los enfermos y sus familiares no solo se encuentran ante un reto físico y psicológico. Para muchos de ellos esta dolencia supone también un duro golpe económico. Porque durante su lucha pueden perder su empleo o su negocio. Se juegan la vida y su forma de vida.

Un estudio de la Asociación Española contra el Cáncer le pone cifras a este drama. Esta enfermedad deja cada año en España a unas 25.000 personas (más de 1.500 en_Galicia) en riesgo de exclusión social. Gran parte de ellos son trabajadores por cuenta propia, con derecho a una prestación de 670 euros, pero que se queda en 395 al descontar la cuota de autónomos. Por eso, desde la asociación solicitan a las autoridades que pongan en marcha un Plan de Protección Integral de las Familias con Cáncer.

A esta situación se enfrentan uno de cada cuatro diagnosticados de la población activa. Además, cada año 9.832 desempleados reciben la noticia de que tienen cáncer. Además, 5.232 no cobran ningún tipo de prestación económica. El cáncer, denuncian desde la AECC, no es igual para todos, ya que los que viven en peores condiciones en ocasiones se encuentran ante el terrible dilema de decidir si pagan la comida o las medicinas. El trabajo de la asociación distingue cuatro realidades: personas sin empleo (con o sin prestación), autónomos y trabajadores que ingresan menos del salario mínimo interprofesional (707,70 euros).