"Hay muchas clases de miedos, y yo los he tenido todos". Así de sincero se mostró ayer Diego Carcedo, que ha sido testigo de guerras, revoluciones y terremotos en Cisjordania, Yibuti, Camboya, Perú y Mali, entre otros puntos del globo, durante medio siglo de periodismo y que ahora condensa en "Sobrevivir al miedo" (Península). El periodista, conocido sobre todo por su cobertura de la guerra de Vietnam en TVE, reconoció que el miedo más atenazante es el de la conciencia, ese que provoca, explicó, las cosas que se han hecho o se han dejado de hacer, y en este sentido hay un miedo que le ronda desde hace años y que le asalta de dudas cada vez que recuerda.

Ocurrió en 1970, en el Callejón de Huayls, en el corazón de los Andes peruanos. Se dirigían hacia el helicóptero que los aguardaba para conducirlos hasta Lima cuando una mujer joven les interceptó y, estirando los brazos, le ofreció a su hijo, un bebé de pocos días. "Tenga, señor. Lléveselo -me dijo-. Y yo le respondí que no podía, pero ella insitía una y otra vez en que me lo llevara, que se le moría, que no podía darle de comer. Me enseñó un pecho. Y yo no sabía qué hacer, nada más que decirle que no podía. Y ella que sí. Quiero pensar que hice lo correcto dejándolo con su madre, pero ese recuerdo me asalta aún, y a veces me hace dudar, Nunca olvidaré a esa mujer", relató. Este episodio, que cuenta en el segundo capítulo de su libro, es uno de los más dramáticos que ha vivido el periodista, aunque no supusiese una amenaza para su vida o su integridad física.

Donde realmente sí sintió miedo por su vida fue en la guerra de Vietnam, en la que estuvo desplazado en tres ocasiones. Y si hubo un momento en el que realmente sintió miedo fue durante la evacuación de Saigón, en la que se vivieron horas angustiosas. "He estado cerca de la muerte muchas veces, pero siempre digo también que tengo mucha suerte", aseguró.

Carcedo, que desarrolló la práctica totalidad de su carrera en Televisión Española y que es presidente de la Asociación de Periodistas Europeos, fue relatando algunas de las experiencias que ha condensado en el libro que ayer presentó en el Club FARO, en una charla-coloquio que fue presentada por el también periodista Francisco R. Pastoriza. Así, rememoró también los pormenores que rodearon la entrevista en exclusiva que hizo al presidente Idi Amín, la primera que concedió el dictador ugandés tras el golpe de estado, desde su desplazamiento hasta un descampado donde el mandatario iba a entregar los diplomas de un curso de agricultura y que acabó con el político tocando un tema al acordeón que dedicó a España, hasta la conversación que mantuvieron en su despacho una vez apagadas las cámaras. Carcedo reconoció que todo el tiempo que estuvo con Amín se mantuvo en tensión, esperando que pudiera ocurrir cualquier cosa. Por ello, durante la entrevista, que duró una hora y que la televisión ugandesa transmitió en directo, se aseguró de dejar las preguntas más comprometidas para el final, como el paradero de la ministra de Exteriores, Elizabeth Bagaya, princesa de Toro, que desapareció de la escena pública súbitamente después de su participación en la Asamblea General de la ONU, asunto sobre el que circulaban un sinfín de rumores. El presidente Amín se la respondió, pero lo cierto es que a día de hoy, Carcedo reconoce que sigue sin saber qué fue de ella.

Pero la sorpresa vendría después, cuando el dictador africano le conminó a acompañarle hasta su despacho. "Cuando llegamos, me dio un sobre para el 'rey Franco', para que yo se lo entregara cuando lo viera, un mensaje de un jefe de estado a otro, me dijo", recuerda el periodista. "Me dijo que quería tratar con él el asunto del Sáhara y que trajera coches para participar en ralis en Uganda", recordó el periodista durante su compadecencia en el Auditorio Municipal do Areal de Vigo.

Pero Carcedo recordó también, e insistió en varias ocasiones durante su intervención, en que él no solo ha cubierto guerras y catástrofes naturales, sino que también fue, durante 16 años, corresponsal para TVE en Israel, Portugal y Estados Unidos, y ha hecho todo tipo de información, incluida la local, cuando comenzó su carrera en "La Nueva España", periódico del mismo grupo que FARO. "Tengo que decir que hacer información local es lo más difícil. Al menos, así lo fue para mí, dijo Carcedo, que añadió: "A veces se mitifica al corresponsal de guerra, pero este no es más que un periodista que cubre una guerra. Yo nunca sufrí ese síndrome de no tener una guerra. Afortunadamente, no tenemos guerras todos los días. Siempre me he considerado un periodista puro y no he tenido aspiraciones de aventurero", afirmó el conferenciante.