Internet y las nuevas tecnologías han cambiado la forma en que nos relacionamos con el mundo, y suponen un reto para todos, adultos y niños, por su gran capacidad de cambio. Nadie duda de las ventajas que supone la red de redes, pero es igual de cierto que en el mundo virtual se esconden criminales de carne y hueso al acecho de víctimas y en este escenario, los menores de edad son especialmente vulnerables. El Cabildo de Lanzarote puso en marcha el pasado año "Menute", un programa innovador en España que tiene como objetivo potenciar las actuaciones preventivas en relación a los riesgos a los que se ven sometidos los niños y jóvenes con respecto al uso de internet, tanto como sujeto pasivo (víctima/perjudicado) como sujeto activo (autor) y en el que implica también a docentes y progenitores. El creador de este proyecto es un vigués, Joaquín Bobillo Martínez, fiscal de la Fiscalía de Área de Arrecife-Puerto del Rosario, especialista en Criminalidad Informática.
"Muchos menores comenten delitos en internet sin ser conscientes de ello, por ejemplo, cuando difunden una imagen íntima de otra persona sin su conocimiento, no saben que están cometiendo un delito contra el derecho a la intimidad", explica el fiscal vigués que, acompañado de otros especialistas en Criminalidad Informática de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, recorre los colegios de Lanzarote para informar y concienciar a escolares, padres, docentes y orientadores escolares de la importancia de usar con racionalidad internet y de cómo actuar ante posibles delitos cometidos o sufridos en internet por los menores.
Según Bobillo, los delitos informáticos en los que están involucrados menores más frecuentes son el ciberbullying, el grooming, el sexting, la pornografía infantil, los delitos de odio, las calumnias e injurias, las estafas y el robo de datos. "Uno de los aspectos que más les cuesta entender a los niños es que en el momento en que suben un comentario o una fotografía en las redes o a través de aplicaciones de mensajería como WhatsApp pierden el control sobre los mismos, aunque los borren y una frase ofensiva, una amenaza o una imagen pueden hacer mucho daño a la persona a la que se refieren", alerta el jurista vigués, que lleva desplazado en Lanzarote siete años.
También pueden ser víctimas de estafas al entrar en páginas no seguras. De aquí la importancia de que aprendan a navegar con seguridad. "El delito se descubre cuando los padres ven un cargo en la cuenta que no han realizado. Entonces es cuando se dan cuenta de que el niño ha sido víctima de una estafa", explica el especialista el criminalidad telemática, quien asegura que no se trata de prohibir el acceso de los menores a las nuevas tecnologías, ni siquiera de limitar su uso, sino de enseñarles a emplear una herramienta que, bien empleada, es muy útil. Y para que esto sea así, es imprescindible la implicación de los profesores y también de los padres.
"Muchos padres no entienden que no solo se educa en la escuela. De nada sirve lo que el niño aprenda en el colegio si luego en casa ve o hace otras cosas. El niño también pasa mucho tiempo en casa y la educación que recibe en ella es importantísima. Yo insisto mucho en esto", explica. En este sentido, el responsable de "Menute" insiste en la necesidad de que los padres creen vínculos de confianza con los pequeños para que estos les cuenten lo que hacen, tanto en la vida real como en la virtual. "Hoy, es raro el niño de 11-12 años que no tiene un móvil y la popularidad se mide por el número de amigos que tiene en Facebook o Instagram. El que solo tiene como amigos a los de su clase es un 'pringao' y por eso aceptan a cualquiera que les mande una solicitud de amistad", explica.
Y aquí, el pederasta encuentra un terreno abonado para actuar, alerta el fiscal vigués. El anonimato que proporciona la red y la inocencia del nativo digital beneficia a este tipo de conductas delictivas. "Sin embargo, estos delitos se persiguen por todos los medios y en numerosas ocasiones, con éxito", afirma el fiscal.
Al igual que internet proporciona una sensación de impunidad al sujeto activo del delito, también magnifica el daño moral a la víctima por el alcance y la rapidez que tiene, algo que queda reflejado claramente en los casos de ciberbullying. "Antes, el acoso se quedaba en la escuela y la víctima podía alejarse del problema, entre comillas, cuando llegaba a su casa. Ahora, este acoso sobrepasa los límites de la escuela", explica el especialista, quien añade que otro objetivo de "Menute" es que los menores sepan que no están solos y que pueden pedir ayuda si son víctimas de un delito informático.
