Macabro hallazgo en el municipio pontevedrés de Oia. El maltrato animal llega al ganado salvaje de la Serra da Groba. Ganaderos del entorno se encontraron el sábado con cuatro caballos salvajes muertos en un monte de la parroquia de Viladesuso, conocido como O Areeiro, junto con otros cinco todavía con vida. Todos ellos se encontraban encerrados en el reducido espacio de una manga, una especie de canal de hormigón de la anchura de una res que se utiliza para inmovilizar a los animales para desparasitarlos.

Ganaderos de vacas en libertad de la zona se encontraron con la desagradable escena en torno a las seis de la tarde del sábado, cuando se desplazaban allí para llevar alimento a sus animales. Enseguida llamaron a los dirigentes de la Asociación de Gandeiros de Cabalos Serra da Groba, que acudieron al lugar y alertaron al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que ha abierto una investigación y ayer mismo desplazaba agentes para la inspección ocular y para recabar posibles pruebas.

Por el momento, se desconocen las causas de la muerte de los animales. Habrá que esperar los resultados de la necropsia para conocerlas. A primera vista, los cadáveres no presentan signos de haber sido golpeados y los caballos vivos localizados con ellos tampoco. De hecho, "saíron correndo en canto abrimos a manga", señaló el presidente de la asociación de ganaderos de A Groba, Modesto Domínguez.

Los cuerpos tienen microchip, por lo que se conoce la identidad de sus propietarios. El asunto ha sobresaltado a los ganaderos, que no encuentran explicación a lo ocurrido. "Non temos nin idea de quen puido meter os cabalos aí e matalos nin por que. Isto é algo rarísimo", señaló Domínguez. Está previsto que los cuerpos de los equinos sean retirados hoy.