Patricia Ramínez invitó al público a dirigir su energía a los aspectos que pueden controlar. "El 90% de nuestra energía la empleamos en problemas que no podemos resolver"; advirtió.

La forma en que hablamos con nosotros mismos también nos marca. "Al igual que existen idiomas: inglés, francés... existen lenguajes emocionales. Si yo utilizo un lenguaje negativo: 'No puedo, no lo sé, es difícil...' el cerebro terminara creyendo que soy un fracaso, lo que creará ansiedades", explicó.

También abogó por buscar el disfrute y la risa. "La carcajada es salud mental. Cuando uno está mal hay que hacer un esfuerzo por encontrar ese relato, ese monólogo, ese chiste que nos arranque la carcajada", aseguró

La psicóloga propuso varias de las dinámicas que incluye en su libro, que comenzó con la paciencia, para lo que proyectó un vídeo sobre el experimento "The Marshmallow test", realizado en los 70 por el psicólogo Walter Mischel a niños de preescolar y que consistió en dejarlos en una habitación, solos y con una nube de azúcar delante, con la premisa de no comérsela.

Otro ejercicio fue el "punto de no retorno", es decir, marcarse algún aspecto que no volverá a hacer. "Cuando no hay un plan B, cuando no hay otra oportunidad, el cerebro trabaja al cien por cien", dijo la psicóloga. "No podemos tener un punto de no retorno para todo porque sería agotador. Yo lo recomiendo para cambiar la comunicación que tenemos con nuestros hijos. Por ejemplo, decirnos: 'Ya no existe otra opción que tratar a mis hijos con respeto total, sin gritarles'. Si no puedo gritarles cuando siguen sin hacer lo que les he dicho, mi cerebro buscará otras alternativas", explicó.

El tercer ejercicio que propuso fue obligarse a agradecer tres cosas al finalizar el día. "Esto te obliga ya a estar pendiente de lo bueno que te ha pasado y no quedarte con lo malo", aseguró.