Según José Colmeiro, a la hora de valorar la aportación de la movida es importante ser conscientes del contexto de la cotidianidad y de lo que era la industria cultural en Galicia, que no existía. En este sentido, recordó que en aquella época, en Galicia no había salas de cine, ni industria audiovisual, ni estudios de grabación, ni empresas discográficas, ni productoras cinematográficas ni televisión autonómica ni apenas espacios de ocio para la juventud. "Lo que había eran bares, cafés, tiendas de discos, de libro, emisoras de radio... Y de todos elementos va a surgir la chispa en respuesta a la falta de espacios y de apoyos. Por eso digo que la movida es un antimovimiento que va creando sus propios espacios. Y esa cualidad de ser periferia es una marca distintiva. Vigo no es Madrid. Somos otra cosa distinta", explicó.

Pero en el auge de la movida también estuvieron implicados los medios de comunicación ya establecidos, y en Vigo el FARO fue fundamental. En este sentido, el ponente recordó el suplemento que el decano publicaba en aquella época, "Pharo the Bego", que se convirtió en el suplemento de la movida y en el que colaboraron los principales artistas.

Colmeiro acompañó su ponencia con las imágenes de la movida: portadas de libros y de discos, carteles, fotografías de performances y otros eventos, muchas de ellas realizadas por el que es considerado uno de los fotógrafos de la movida viguesa, Víctor de las Heras.

Según el experto, el principio del declive de la movida comenzó con la campaña "Madrid se escribe con V de Vigo", que supuso la comercialización de un movimiento que tuvo a partes iguales trascendencia e intrascendencia, cuyo eje vertebrador fue la música, y de la que apenas se ha escrito nada.