Es una realidad a gritos que el popular pianista James Rhodes está enamorado de Galicia en toda su amplitud: de su gente, de su gastronomía y de su idioma. Pero todavía quedan cartas que jugar para seguir sorprendiendo al músico. En esta ocasión, además de algunos términos en español que han captado su atención, Rhodes reflexiona a través de sus redes sociales sobre la riqueza del gallego para referirse a la lluvia: "más de 70 vocablos" apunta sorprendido el músico.

Más de 70 palabras en gallego para hablar de la lluvia

Y entre esos términos se encuentran para la lluvia débil babuña, babuxa, barbaña, barbuza, barrallo, barrufa, barruñeira, barruzo, borralla, breca, chuvisca, chuviscada, chuviñada, froallo, lapiñeira, marmaña, orballo, parruma, parrumada, patiñeira, patumeira, poalla, poallada, poalleira, poallo o zarzallo€

Cuando la lluvia arrecia entonces se utilizan palabras como arroiada, ballón, basto, bátega, bategada, cebra, cebrina, chaparrada, chuvascada, chuvasco, chuvieira, cifra, ciobra, dioivo, treixada, xistra o zarracina.

¿Que caen rayos y truenos? Treboada, torboada, torbón, trebón...

Si la lluvia viene combinada con nieve o hielo, se le llama auganeve, cebrina, cebrisca, escarabana, nevada, nevarada, nevareira, nevarío, nevisca, nevarisca, pedrazo, salabreada, sarabiada o torba.

Como nunca choveu que non escampara, cuando pasa el chaparron queda amizar, delampar, escambrar, escampar, estear, estiñar o estrelampar.

Y cuando solo queda condensación de agua algunas de las palabras más utilizadas son borraxeira, borraxoia, brétema, cegoña, fuscallo, néboa, neboeiro, nebra o zarrazina.