El jefe del servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario de Vigo, Andrés Íñiguez, destaca la importancia de que haya investigación sobre la fibrilación auricular -"porque cuanto más se conozca y cuanto más podamos aproximarnos a las causas, mejor"-, pero matiza que para un mejor diagnóstico precoz se debe educar al paciente a la hora de detectar los síntomas. "Los investigadores hacen énfasis en que con esos análisis de sangre se podrían evitar las complicaciones de la fibrilación auricular, pero eso es la consecuencia, lo importante es identificarlo precozmente y esto tiene que pasar por educar al ciudadano en identificar esos síntomas", recalcó el cardiólogo,que citó la embolia y la trombosis como los problemas más frecuentes de la FA.

El autoexamen por parte del paciente debe consistir en comprobar si tiene un pulso irregular, cuántas palpitaciones por minuto tiene, sean 60, 80 o 90. "Lo que hay que comprobar es si unas veces va a 50 y otras a 70", recalcó Íñiguez, que aconseja acudir entonces al médico para someterse a un electrocardiograma. Esa prueba, recuerda el experto, "es indispensable", por lo que cree que el hallazgo del equipo británico, que propone cribar esas pruebas con un análisis de sangre previo, no supondría menos costes. "Todos los centros de salud tienen la posibilidad de hacer un electrocardiograma, y sabemos que la tasa de fibrilación auricular es un 0,5 por ciento, que se incrementa hasta el 10 por ciento en pacientes de más de 70 años", recalca. Por ello, insiste en que el primer paso debe ser desde el sistema sanitario hacia los pacientes con mayor riesgo -"ancianos, hombres y con obesidad"-, "educándoles a identificar trastornos del ritmo midiéndose el pulso cuando es irregular y acudiendo a un centro de salud para que le hagan el electrocardiograma".

Los biomarcadores detectados por los investigadores británicos, recuerda, "no son la causa, sino la consecuencia del proceso que lo ocasiona". Por ello, considera que la prioridad debe ser actuar antes de que la fibrilación auricular, "que es un trastorno eléctrico que se debe a una alteración estructural y disfuncional de las fibras cardiacas en el tejido de conducción del corazón", provoque esas anomalías.