El próximo 21 de julio se cumplirán 50 años desde que los estadounidenses Neil Armstrong y Edwin Aldrin pisaron por primera vez la superficie lunar y China ha decidido evocar aquella efeméride con un nuevo hito que la sitúa en el podio de la carrera espacial. La llegada este jueves de su sonda Chang'e 4 a la cara oculta, por primera vez en la historia, se ve como un gigante avance científico, pero también como una hábil maniobra propagandística de una potencia que pone todo su empeño en ser referente en la conquista del Cosmos.
"Es la primera vez que se aterriza en esa parte de la Luna y en particular en ese cráter -South Pole-Aitken- que pensamos que es uno de los que se formaron hace más tiempo", explica desde Washington DC la astrofísica viguesa Begoña Vila Costas, que trabaja como ingeniera de sistemas en la NASA. Aclara que lo poco que se sabe de esa zona oculta del satélite es por misiones que han tomado fotografías que desvelan que es diferente a la parte visible. En concreto, "tiene más 'mares' o partes planas, indicativos de mayor actividad volcánica", dice. También más cráteres, algunos muy grandes que revelan más impactos de meteoritos.
Pese a trabajar en una agencia espacial de la competencia, celebra que la misión china permitirá "aprender muchas más cosas de nuestro satélite vecino y darnos más información para entender cómo se formó el sistema solar". Entre los experimentos que la potencia asiática llevará a cabo destaca el hecho de que se hayan llevado vegetales para comprobar cómo pueden crecer allí. "Otro experimento importante es que ese lado de la Luna no recibe ninguna de las emisiones de radio de la Tierra, o sea, que se podrán hacer observaciones en radio de objetos en el Universo sin interferencias de las señales desde la Tierra", afirma Vila.
Las motivaciones
También celebra este hito la primera catedrática de Astrofísica gallega, Minia Manteiga, que recuerda que China ya alunizó en la cara visible en 2013 con un primer vehículo de tipo rover, el predecesor del Yutu 2 o Jade Rabbit 2 que emplea en esta ocasión. "Hay varios motivos que mueven a las agencias aeronáuticas a la exploración lunar. Uno de ellos es probar la tecnología para viajes a otros planetas o satélites del sistema solar, como Marte o las lunas de Júpiter, que tiene un mayor interés astrobiológico, en el sentido de la búsqueda de vida más allá de la Tierra", recalca la experta. Apunta asimismo la posibilidad de "usar la Luna para despliegue de antenas o de telescopios de observación de la Tierra o incluso del firmamento". Otro interés, añade, "es la posible explotación minera de sus rocas o el establecimiento de una base humana y relacionado con este posible uso está el interés en conocer cuánta agua en estado sólido puede encontrarse en la superficie o el subsuelo y dónde exactamente". Si apareciese esa agua, facilitaría establecer una base lunar habitada.
"Además de las aplicaciones tecnológicas tenemos otras puramente científicas porque estudiar sus minerales puede ayudar a confirmar las teorías sobre su origen", recalca.
Y es que medio siglo después, la cara oculta de la Luna continúa siendo un misterio con incógnitas como la que plantea el hecho de que el satélite sea, en realidad, una parte desprendida hace 4.000 millones de años de la Tierra tras un impacto con otro cuerpo del sistema solar., "una teoría que aún presenta muchos interrogantes", relata Manteiga. "Investigar su corteza y comparar sus minerales con los de la superficie terrestre permitirá ver si estamos hechos de la misma materia. Aparentemente se cree que es así por lo que podríamos decir que se trata de una misión geológica", coincide el doctor en Física coruñés Jorge Mira.
Sí recibe luz solar
Esa parte del satélite no es oscura en realidad, porque sí recibe directamente la luz solar cuando desde la Tierra se encuentra en fase de luna nueva, pero para los científicos resulta prácticamente opaca por los muchos datos que se desconocen. Entre ellos, su fisonomía concreta. Como también apuntaba Vila, se sabe que está agujereada por miles de meteoritos. Ocurre porque carece de la protección que sí le ofrece la Tierra y su campo gravitatorio en su lado más visible. "Se puede decir que la parte que vemos tiene menos cicatrices que la cara oculta, que está masacrada por todas partes porque no hay nada que pare los impactos que le llegan", apunta Mira. El científico, que subraya el "evidente interés propagandístico" de la potencia asiática con este hito, remarca la importancia del logro al tratarse de un alunizaje en una zona con la que no hay comunicaciones posibles salvo las de los satélites que la Administración Nacional del Espacio de China envió previamente y que ejercen como repetidores de las señales de Chang'e 4.
Los impactos convierten esa superficie lunar en una suerte de mina en la que se espera también hallar fácilmente valiosos minerales y, en concreto, el Helio 3, un gas que podría ser el combustible en plantas de energía nuclear de fusión.
Además de analizar la composición y el relieve del terreno, China -que tardó dos horas en comunicar la hazaña una vez que esta había sido culminada con éxito- explicó que llevará a cabo experimentos científicos y para ello ha transportado huevos de gusano de seda, semillas de patata y de flores para analizar su crecimiento en las condiciones de baja gravedad. "Se trata de experimentos con seres vivos que, aunque vayan en cápsulas, desde luego permitirán a China presumir mucho si efectivamente llegan a florecer esas semillas porque sería la primera vez que nace algo allí", recalca el coruñés José Ángel Docobo, doctor en Astronomía.
El científico reconoce el "importante esfuerzo" que China está haciendo en materia espacial. "Está implicando a muchas universidades del país y también trabajando con otros países como Holanda o Alemania, que colaboraron en los instrumentos", apunta.
Tras décadas en la sombra relegada por misiones a otros planetas, la superficie lunar vuelve a estar en el punto de mira como posible colonia e incluso punto de partida hacia la conquista de Marte. "Sobre esa cara de la Luna hay muy poca información y todo los datos que se puedan aportar sobre ella van a ser relevantes y abrirán nuevas ventanas al conocimiento", recalcó la viguesa Ana Ulla, doctora en Ciencias Físicas, que ve en la hazaña china una posible reactivación de las naves tripuladas a la Luna y confía en que si se produce un nuevo "pique" espacial sea con un objetivo común "productivo". "Creo que en misiones sucesivas tienen intención de traer minerales y supongo que en las mentes de algunos agentes está la explotación de recursos pero yo veo también como otra posible vertiente el hecho de que podría ser una estación intermedia en la que hacer pruebas de supervivencia, de construcción de estructuras o de aguante de los propios astronautas", subraya la astrofísica.
Begoña Vila - Doctora en Astrofísica
"Se podrán hacer observaciones en radio de objetos en el universo sin interferencias "
Minia Manteiga - Catedrática de Astrofísica
"Hay interés en conocer cuánta agua en estado sólido puede haber en la superficie o el subsuelo y dónde exactamente"
Jorge Mira - Doctor en Física
"Es evidente el interés propagandístico de China en una misión que también será geológica"
Ana Ulla - Astrofísica. Doctora en Física
"Todos los datos que se puedan aportar serán relevantes y abrirán ventanas al conocimiento"
J. Ángel Docobo - Doctor en Astronomía
"China va a poder presumir mucho si efectivamente nacen esas semillas de plantas que se ha llevado"