El próximo domingo varios cientos de personas se despertarán -o no habrán dormido- con la satisfacción de saberse agraciados en el Sorteo Extraordinario de Navidad. Aunque la mayoría de ellos no se harán literalmente millonarios -el Gordo "apenas" reparte 400.000 euros por décimo -, afrontarán una nueva situación económica ante la que los expertos recomiendan mantener la mente fría, discreción y acudir a un asesor para gestionar su dinero.

Las estadísticas indican que uno de cada tres ganadores de la lotería, en general, acaban arruinados, y esa riqueza repentina también incrementa las posibilidades de sufrir ansiedad o depresión. Todo ello por no saber administrar la fortuna.

Tras llevarse Hacienda un pellizco de 80.000 euros, los 320.000 euros del premio Gordo permitirán a los afortunados pagar sus deudas pendientes, cambiar de coche, acometer arreglos en su vivienda y hacer un viaje si, una vez superada la sorpresa inicial, saben administrar esa paga extra navideña.

El primer consejo es que hay que ser discretos y reprimir el impulso de salir a brindar con cava a la administración de lotería que vendió los décimos premiados. Tampoco es aconsejable comenzar a repartir el dinero entre la familia, primos incluidos, y amigos.

"El problema más generalizado en estos casos es que la gente se ciega y se cree que el dinero no se acaba nunca, pero sí que se acaba. Se acaba incluso un premio de 4 millones de euros si no se gestiona bien. Si no se invierte con criterio se agota, por supuesto", indica el asesor José Antonio Pena Beiroa. Son conocidos los casos de personas que de la noche a la mañana se convirtieron en multimillonrios y que lo perdieron todo. Uno de ellos es el lucense Ángel Legazpi, que ganó una quiniela de 209 millones de pesetas en 1980 y que ahora vive de su pensión y cuidado por sus hijos. También el ourensano José Manuel Calvo Vaz, que en 2003 ganó casi diez millones de euros y que apenas seis años después se quitó la vida.

"Uno de los errores más habituales es dejar que sea el director de una oficina bancaria el que gestione el dinero. Ellos no están para esas cosas", remarca Pena Beiroa, que aconseja ponerse en manos de un profesional asesor para buscar un rendimiento y abordar la variable de la fiscalidad.

En este último aspecto, se puede por ejemplo compartir el décimo con los hijos si la intención es dejarles una parte. "Se puede ir al notario y dejar escrito en un acta notarial que el matrimonio, si está en gananciales, participa en un 80 por ciento del décimo y que cada hijo lo hace en un 10 por ciento. Eso en el futuro ahorra el impuesto de sucesiones o de donaciones, porque la fiscalidad ya está implícita y hay una retención en origen del 20 por ciento", explica el experto, que precisa que dividir el décimo no supondrá pagar más y sí evitar tener que hacerlo en el futuro.

Cancelar la hipoteca

Otra de las opciones pasa por plantearse si merece o no la pena cancelar la hipoteca. "Hay gente que ahora, con el Euribor en negativo, está pagando un 0,5 o 0,6 por ciento de interés y si tienen deducciones por vivienda habitual a lo mejor no compensa cancelarla", apunta.

El asunto de la rentabilidad entra en juego cuando se trata de personas que resultan premiadas con botes mayores o que en lugar de un décimo de Navidad hayan optado por comprar un billete (diez décimos) o incluso todo el número, como al parecer le ocurrió a Pedro Barrié de la Maza en 1958, que resultó agraciado con 210 millones de pesetas, una cantidad que fue a engrosar la ya abultada cartera del entonces presidente del Banco Pastor. Se trata de un rumor nunca confirmado pero que forma parte de la historia de A Coruña.

En esos casos, cuando la cantidad del premio alcanza los seis ceros, es cuando hay que plantearse diversificar el capital, aunque no hay que precipitarse a la hora de dejar el empleo, ya que, calcula Pena Beiroa, "solo sería posible a partir de 1,5 millones de euros y con una rentabilidad del 5 por ciento". "Si antes ganabas 1.500 euros al mes y ahora tienes tres millones de euros, el nivel de vida te cambia: vas a comer a sitios más caros y más a menudo que antes, en vez de ir a Playa América de vacaciones te vas a las Fiyi... Son cosas que hay que tener en cuenta", indica el asesor.

Hace años, recuerda Pena, era muy socorrida la opción de una cuenta a plazo fijo, "pero ahora, aunque se trate de una burrada de dinero, apenas te dan el 1 por ciento, porque el Euribor está como está".

En esos casos, el perfil del agraciado es fundamental -si quiere asumir un mayor o menor riesgo-, aunque lo recomendable siempre es diversificar las inversiones y no dejar tampoco el dinero en un banco. "Algunos han sido amenazados con ser liquidados y 100.000 euros por persona es lo único que garantiza el fondo de garantía de depósito, por lo que a partir de esa cantidad podría estar en riesgo. Aunque no parece que vaya a ocurrir con las entidades bancarias que han sobrevivido, es mejor ser cautos al respecto", apunta el economista.

Las alternativas son dejar una parte en plazo "por si se necesita para algún gasto imprevisto", dejar otra parte para los fondos de inversión, abrir una cartera de valores de eléctricas, por ejemplo, y barajar alguna inversión inmobiliaria. "Es importante este punto porque vuelven a tener atractivo; no todas, pero un inmueble céntrico, por ejemplo, en Vigo, Santiago o A Coruña, es una buena inversión pensando en alquileres que generan rentas. Con casi toda certeza se mantendrán los mismos precios o se incrementarán", apunta Antonio Pena Beiroa, que apuesta por inversiones en inmuebles singulares -"estamos hablando de adquisiciones de bienes de más de 500.000 euros"-, pero recomienda huir de la compra de solares o de segundas residencias o los pisos de verano, si el objetivo es buscar una rentabilidad.

Otro de los errores habituales de los nuevos millonarios es convertirse en empresarios de la noche a la mañana. "Para crear una empresa hace falta algo más que dinero, se necesita una idea y no todos servimos para ser empresarios. Se puede adquirir un negocio que ya funcione, pero hay que tener en cuenta que al frente hay que poner a alguien cualificado, y que si se apuesta por mantener a la persona que la sacó adelante con éxito, puede que ahora, como empleado, la motivación no sea la misma", recuerda el experto. Los agraciados recibirán, sin duda, un sinfín de propuestas para "negocios de éxito", y por eso, insiste, es fundamental ser discretos para evitarlo.