El doctor europeo en Derecho e investigador distinguido del Grupo de Derecho y Genoma Humano de la Universidad del País Vasco Íñigo de Miguel Beriain (Pamplona, 1972) aborda en esta entrevista un tema que, como él mismo reconoce, "no podría estar más de actualidad" tras el anuncio del científico chino He Jiankui de haber conseguido modificar el ADN de dos bebés para hacerlos inmunes al sida. He Jiankui, autor de un experimento científico sin precedentes, ha suscitado el rechazo unánime de la comunidad científica internacional y del Gobierno chino, que anunció que será castigado por viola las leyes chinas y los principios éticos de la ciencia y la medicina.

- ¿En qué punto estamos en la investigación de técnicas de modificación genética?

- Estamos en un punto de grandes incógnitas. Estamos ante una técnica muy inmadura, que ha empezado a funcionar hace apenas cinco años, por lo que podemos decir que estamos todavía muy lejos de afirmar que esto vaya a funcionar y, sobre todo, con qué garantías lo va a hacer. Un caso como este a todos nos parece muy criticable, pero a la vez estamos expectantes a ver qué va a ocurrir. Lo más lógico sería que dé lugar a muchos problemas, pero también pudiera ser que no. Es un terreno tan inexplorado que no sabemos qué va a pasar.

- ¿Le da credibilidad al anuncio del científico chino?

- Todavía no. Me puedo creer que lo ha intentado, pero me resulta muy difícil de creer que lo haya hecho con el número de embriones que ha dicho y que lo haya conseguido. Y ya veremos si las niñas gozan de buena salud de cara al futuro. En este momento, no existe garantía de que la modificación genética sea segura a largo plazo, no hay nada que garantice que esto no pueda derivar en un futuro en el desarrollo de otras enfermedades autoinmunes. Se puede modificar genes humanos como ha hecho, pero lo que no es posible es determinar si seremos capaces de limitar el efecto a aquello que buscamos o si pasarán otras muchas cosas, si quitaremos un pilar maestro y se vendrá todo abajo.

- ¿Jurídicamente es posible un experimento como el que He Hiankai asegura haber realizado?

- El problema es que la normativa jurídica sobre esta cuestión es de los años 90 y estaba prevista para un escenario diferente, donde esto todavía no existía. Es como si tuviéramos un código de circulación hecho cuando todavía no existía el motor de combustión.

- ¿Y éticamente, cuál es su opinión?

- Es más complejo llegar a acuerdos. Hay quienes pensamos que hay una obligación moral de tener una descendencia en las mejores condiciones posibles. Pero luego hay otro gran grupo que dice que no es buena idea, que no debemos intervenir en cómo será nuestra descendencia.

- ¿Habrá niños a la carta en un futuro próximo?

- Todavía no. Y dudo mucho de que lleguemos a ese punto. Pero podemos llegar a otro en el que a uno le digan que, si tiene descendencia a través de fecundación in vitro, se le va a poder asegurar que vaya a ser mucho más sana que si lo hace a través del método natural. Y eso plantea otro dilema, porque la fecundación in vitro es cara y no todo el mundo podría beneficiarse de ello. Solo los más ricos.

-¿Cuáles son las partes positivas?

-Muchas, desde luego. Tenemos unas 6.000 enfermedades de origen genético. A día de hoy la medicina es reactiva, espera a que se desvele una patología para luchar contra ella. Ahora mismo estamos intentando mejorar las estrategias preventivas. Pero estas técnicas nos permitirían mejorar incluso eso, llevar al límite la prevención.

-¿Podríamos llegar así a ser inmortales?

-Eso ya es una cuestión más compleja. Se está intentando de muchas formas, pero yo creo que la biológica no va a ser la más efectiva. Quizá sí que nuestro cerebro funcione como una interfaz a través de un ordenador, que podamos almacenarnos ahí y que el cuerpo sea renovable. Somos entes caducos, podremos vivir más pero no eternamente en un cuerpo biológico.

-¿Se va a lograr hacer esto de forma segura para las personas?

-Sí. No estamos tan lejos, lo voy a ver antes de morir. Pero hace falta saber mucho más. Empezaremos a aplicarlo antes de tener seguridad completa porque es difícil tenerla. La fecundación in vitro es segura, pero no sabemos a ciencia cierta si a largo plazo puede dar problemas porque no hay nadie que haya nacido así y tenga 70 u 80 años.