La presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas de España, Alma Palau, da las pautas en esta entrevista para una alimentación saludable y a la vez alimentación sostenible para el medio ambiente.

-¿Qué relación existe entre la alimentación saludable y el medio ambiente?

-No es solo a nivel medioambiental, sino también económico. Hay que tener en cuenta que cuando llevamos una buena alimentación, ahorramos gastos sanitarios y evitamos contribuir con el cambio climático al disminuir el impacto que se produce en el medioambiente. Cuando hablo de esto al público en conferencias, intento fomentar el interés por conocer cuáles son los hábitos nutricionales adecuados y cómo afectan a nuestro entorno.

-¿En qué medida una buena alimentación puede contribuir a amortiguar los efectos del cambio climático?

-Se están llevando a cabo nuevos estudios que demuestran que el alimento autóctono es mejor que el que viene de fuera, porque evitamos el proceso de transporte y, por tanto, la contaminación. También es más saludable consumir los alimentos que son de temporada en lugar de los procesados. A esto cabe sumarle la reducción del consumo de carne y su contribución a disminuir la huella hídrica. Cabe decir que para producir un kilo de carne comestible se necesitan unos 10.000 litros de agua, mientras que un kilo de legumbres no llega a requerir los 200 litros. Por su parte, los alimentos ultraprocesados utilizan mucho aceite de palma y está produciendo la deforestación de muchos terrenos de Latinoamérica.

-En este sentido, hay una creciente preocupación por el abuso de plásticos.

-Sí, es un factor muy importante. El abuso de los plásticos está provocando una invasión de este material en los océanos, que hace además que entre en nuestro organismo al consumir pescados. Por tanto, existen muchas costumbres en nuestro modo de alimentación que van totalmente en contra de los cuidados que necesita el planeta. En resumen, si tomamos alimentos frescos, autóctonos, de temporada, y más vegetales, ayudaríamos a preservar el medioambiente.

-¿Qué hábitos corresponderían a un modelo dietético saludable?

-Hay muchos factores que influyen en una alimentación saludable. Uno de ellos es la frugalidad, que consiste en comer en pequeñas cantidades, de tal forma que el organismo se encuentre un poco insaciado, y consigamos llevar una alimentación equilibrada. Como ya he dicho, sería muy importante aumentar el consumo de vegetales, legumbres, cereales integrales, hortalizas, frutas, y pescado. Además, es fundamental disminuir la ingesta de carnes, azúcares, sal, grasas, y alimentos procesados. No es lo mismo consumir unos fideos, que unas galletas con crema de cacao. Sabemos que ambos son productos procesados, pero no se puede comparar con las galletas, que contienen grasas saturadas, aceite de palma, mucha sal, y azúcar refinado. Unos ingredientes totalmente insanos.

-¿Influye el estado de ánimo en la obesidad?

-Sí, las emociones son un factor a tener en cuenta. A día de hoy, hay un nivel muy alto de obesidad, que en parte está relacionado con el elevado nivel de estrés, y esto influye en el estado de ánimo. Hay mucha gente que come cuando está contenta, o bien, cuando se encuentra desanimada. Es necesario educar lo que llamamos hambre emocional, porque nos está llevando a un exceso de sobrealimentación muy importante.

-¿Cómo se podría educar para que las emociones no influyan en la nutrición?

-En primer lugar, es fundamental que el individuo sea consciente de que obedece a estos impulsos, y ese paso no es fácil. Pero además, el entorno juega un papel destacado. En este sentido, hago referencia a la publicidad. Son muchos los alimentos poco saludables que toman protagonismo en los anuncios televisivos. Sobre todo, aquellos que están dirigidos a los niños. Alrededor del 75% de los anuncios de alimentación destinados para los más pequeños corresponde a alimentos poco saludables. Hay que tener en cuenta que un niño recibe al año 8.000 impulsos audiovisuales de mensajes insanos relacionados con este asunto. Por tanto, al final es muy difícil que un individuo sepa identificar en qué momento tiene que comer porque de verdad lo necesita, cuando desde la infancia se observan este tipo de actos. Es esencial educar desde los primeros niveles formativos, y que la familia continúe esta labor.

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-En general, ¿se podría decir que en España se sigue una dieta equilibrada?

-Lo cierto es que no se sigue. De hecho, nuestro patrón nutricional se aleja mucho de la popular dieta mediterránea que es la que a nivel científico se considera más saludable por prevenir ciertas enfermedades asociadas. Los españoles consumimos demasiadas carnes, alimentos ultraprocesados, azúcares, y sal. Además, nos cuesta mucho entender que los productos integrales son los más saludables, y optamos por otros más perjudiciales. De hecho, abusamos del pan blanco, y de la pasta blanca. Nos vendría muy bien aumentar el consumo de fibra en nuestra dieta.