- ¿Editar hoy en formato físico es un gesto de rebeldía?

-Es como estar en una isla desierta, y tirar la botella al mar y esperar a ver quién la recoge. Cada día es más difícil mostrar temas nuevos, pero tienes que hacerlo si tienes la necesidad de escribir canciones y de cantarlas, y también te sirve para justificar de alguna manera que sales a carretera otra vez.

- Muchos de sus temas pertenecen ya a varias generaciones.

-Esto pasa cuando has puestos huevos en diferentes décadas y yo llevo desde finales de los 60. Con el tiempo, vas acumulando generaciones porque hay quien te descubre en los 80 con "La Puerta de Alcalá" o en los 90 con "Contamíname" y mira hacia atrás y ve que hay más canciones, algo que ahora con internet es mucho más fácil porque pinchas una canción en Youtube de un artista y te sale un chorro de canciones, lo que hace que el repertorio se divulgue mucho más que antes.

- Vamos, que internet también tiene sus cosas buenas.

-Muchísimas, lo que pasa es que a veces hacemos un uso pésimo de él.

- ¿Como creer que todo lo que circula por la red es gratis?

-Esto ya hace mucho tiempo que lo decidió la gente y esto ha significado la destrucción del tejido musical, pero también le ha afectado de lleno al cine y ahora también a los libros.

- Acaba de publicarse "Ana Belén y Víctor Manuel, latidos de un país". ¿Ha tenido la ocasión de leerlo?

-Sí. Es un libro muy exhaustivo. Es el análisis de toda la obra que hemos grabado en estos años. A veces también habla de nuestra relación personal, pero es lo de menos.

- Relación que le debe mucho a Galicia.

-Es cierto. Nos conocimos en 1971 en A Coruña, y pocos días después comenzamos a rodar "Morbo" y ya no nos hemos separado desde entonces.