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Concha Cardeñoso Sáenz de Miera: "Un traductor es creador por definición, o tal vez, un recreador de mundos de tinta y papel"

"He traducido unos treinta libros y seis cuentos ilustrados para Alba Editorial y es un lujo, valora la labor de los traductores y respeta la Ley de Propiedad Intelectual"

Concha Cardeñoso Sáenz de Miera: "Un traductor es creador por definición, o tal vez, un recreador de mundos de tinta y papel"

Concha Cardeñoso Sáenz de Miera (León, 1956) recrea los mundos de papel y tinta creados por grandes genios de la literatura: es traductora. El XIII Premio de Traducción Esther Benítez ha distinguido su excepcional traducción de la novela "Mi prima Rachel", de la escritora británica Daphne du Maurier, publicada por Alba editorial.

-¿Qué significa para una traductora recibir un premio de esta categoría?

-Mucho, porque es la profesión quien lo concede, y el reconocimiento de los colegas es algo muy honroso que da mucha alegría y satisfacción.

-¿Es un lujo hoy en día tener la confianza de una editorial como Alba? ¿Cuántos libros ha publicado ya con este sello?

-Para mí sí, es un lujo. Prefiero trabajar con editoriales pequeñas y medianas. Alba, en concreto, valora la labor de los traductores y respeta la Ley de Propiedad Intelectual (LPI). He traducido unos treinta libros y seis cuentos ilustrados con Alba Editorial.

-¿Conocía la obra de Du Maurier antes de traducirla?

-Conocía algunas de las películas basadas en sus novelas.

-¿Cuáles son los mayores obstáculos de traducir a esta autora?

-Adaptarse a la época y al tono tan particular que tiene. También sus prolijas y bellas descripciones encierran a veces dificultades de vocabulario e incluso de sintaxis.

-¿El cine ha dado una imagen distorsionada de la obra de Maurier?

-En las películas suele perderse un gran protagonista de algunas de sus obras: el paisaje, junto con el tiempo climático, y no todos los personajes quedan tan bien retratados como en las novelas.

-¿Acepta "Mi prima Rachel" alguna etiqueta de géneros o hay un mestizaje de ellos?

-Podría considerarse una obra feminista, aunque con final desastroso (lamento ser una destripacuentos) porque Rachel es una mujer emancipada y bastante más progresista que los personajes que la rodean; observa las estrechas nomas sociales, pero cuando es preciso se las salta con pleno conocimiento de causa y ateniéndose a las consecuencias, como ser independiente que es. Esta novela también podría calificarse de romántica por los ideales que defienden sus protagonistas apasionadamente, aunque sean tan encontrados.

-¿Llegó a la traducción por casualidad?

-No exactamente. Llegué al mundo de la traducción por un entrecruzamiento de circunstancias vitales, además de cierto interés inicial.

-¿La traducción es un oficio invisible o están cambiando las cosas?

-Cambiaron bastante con la aprobación de la actual LPI y el reconocimiento que conlleva de nuestra condición de autores. Sin embargo, queda mucho camino por andar en lo que a editoriales y público en general se refiere. La gran mayoría de los medios de comunicación y redes sociales se olvidan, en sus reseñas, críticas, comentarios, elogios, recomendaciones, etcétera, de que una buena parte de los libros de los que hablan son traducciones, y no se acuerdan siquiera de dar el nombre del traductor. En esto las editoriales tienen mucho que ver: podrían poner el nombre del traductor en la portada (algunas ya lo hacen, pero son muy pocas), acordarse de mandar ese dato a cuantos reseñan sus libros, tanto en prensa como en televisión, radio e internet, o invitar al traductor cuando se celebra algún acto con el autor de una obra, por ejemplo (esto también lo hacen algunas editoriales, pero no es la norma ni la costumbre).

-Camarera, go-gó girl, profesora, emigrada a Cataluña por amor? ¿Su vida daría para una novela?

-Y actriz, au-pair girl, eterna aprendiza, amiga y esposa y madre en la vida. Sí, sin duda, daría para una o dos novelas, si las escribiera Daphne du Maurier.

-Más de 200 obras literarias traducidas del inglés, del francés y del catalán al castellano? ¿Aún sigue aprendiendo?

-¡Y lo que me falta! ¿Es que es posible dejar de aprender algún día?

-Fue finalista con "Las cuatro Gracias". de D. E. Stevenson, también para Alba Editorial...

-Sí, así es, junto otras tres excelentes colegas, igual que en esta XIII edición del premio.

-¿Traducir al gran Robertson Davies ha sido uno de sus mayores desafíos?

-Sí, ¿cómo lo sabe?

-¿Se enfrenta con iguales "armas" a Le Carré que a Dickens o Shakespeare?

-Con las mismas, sí, e igual de afiladas en todos los casos, aunque unos autores me dan más vértigo que otros y tengo que tomar precauciones para no arrojarme al abismo de cabeza ni morir en el intento.

-¿Alguna traducción le robó el sueño?

-Casi todas me roban el sueño algunas noches. Unas, porque la temática me toca fibras sensibles. Casi todas, porque las palabras se me quedan en la cabeza dando vueltas, chocando, peleándose unas con otras o brillando con tanta intensidad que tengo que levantarme para agarrarlas de las orejas y encerrarlas en el ordenador o en una libreta, hasta el día siguiente.

-¿Un traductor debe ser también un creador para encontrar la voz adecuada del autor a una lengua distinta?

-Un traductor es creador por definición, o tal vez, mejor dicho, recreador de mundos de tinta y papel.

-¿Las tecnologías acabarán con los traductores?

-Con los traductores de libros no. A una máquina se le puede enseñar que "x" en tal idioma es igual a "y" en tal otro, pero ¿qué algoritmos visionarios y absolutamente flexibles tendrían que ingeniar para captar las sutilezas del lenguaje literario, poético, dramático, cómico, sarcástico? los matices de una palabra que ningún diccionario puede recoger, los significados diferentes a los que puede dar lugar una palabra, una frase, una estrofa, un silencio?

-¿Qué traducción tiene entre manos?

-Pues otra de Daphne du Maurier, también con Alba. ¡Se trata de "Frenchman's Creek" (seguramente "El río del francés" en castellano).

-¿Hay algún libro que no se atrevería a traducir?

-¿Atreverme? Si las condiciones son justas, yo traduzco.

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