"El Camino de Santiago es, sin duda, la principal autopista cultural de España, de Europa y probablemente del mundo. Es una vía espiritual, más allá del credo de cada uno, y también turística hoy en día. Es un camino de progreso y de riqueza, de crecimiento personal. Es un camino mágico" aseguró la periodista y escritora Isabel San Sebastián en el Club FARO, en una conferencia en la que profundizó en el contexto histórico que rodea al descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago en el siglo IX y en la que conversó con la periodista Iria Carregal. "Muchas gracias a los asistentes por desafiar a la lluvia como durante doce siglos hicieron los peregrinos del Camino de Santiago, que lucharon contra las inclemencias meteorológicas para postrarse a los pies del Apóstol", agradeció al público.

En su reciente novela histórica "La peregrina", Isabel San Sebastián vuelve a los tiempos del reinado de Alfonso II el Casto, que se formó en el monasterio gallego de Samos -con una profunda educación religiosa- y viaja hasta el origen del camino. La protagonista de la historia, Alana de Coaña, se suma una la comitiva que encabezó ese rey de Asturias para visitar la tumba del apóstol Santiago, recién descubierta y próxima a Iria Flavia; lo que hoy es Padrón, en los restos de una antigua necrópolis romana.

San Sebastián habló en primera persona porque, además de una extensa labor de documentación -de una época en la que se carece de muchos documentos- que le requirió leer diversos códices, la conocida periodista realizó ese mismo camino por los mismos lugares. "Planteo mis novelas como si me subiera a una máquina del tiempo", indicó. "Novelar sobre el Camino de Santiago era un desafío que requería mucha seriedad y mucha formalidad...", indicó.

Solo treinta años después de que en la Alta Edad Media hubiera constancia del descubrimiento, se habían acreditado al menos tres peregrinaciones desde Francia, Lombardía y Viena, defendió San Sebastián para incidir en el impacto social de la noticia. "Estamos ante el primer fenómeno global de la historia", valoró. "Cuando me apuntan a que todo esto es una invención, siempre digo que no hay una fantasía que pueda sobrevivir a doce siglos. Ignoro si el cuerpo es de Santiago o no, porque no habrán hecho una prueba de ADN a esas reliquias, pero la capacidad que tienen de producir un fenómeno de masas incomparable a ningún otro, es algo prodigioso".

San Sebastián se remonta al Camino Primitivo -el más antiguo- y el que está documentado que realizó Alfonso II en el siglo IX. "Es el primero de los caminos y, paradójicamente, el último en ser nombrado como Patrimonio de la Humanidad", remarcó la escritora.

Iria Carregal se refirió a que, precisamente, "La peregrina" vuelve a echar a andar su personaje más querido, Alana de Coaña, a la que ya había dado vida en "La visigoda", una novela escrita años atrás. "Durante toda la Edad Media y gran parte de la Edad Moderna, peregrinar a Santiago era algo durísimo, que entrañaba todo tipo de peligros", destacó la autora. Precisamente por esa razón datan de dicha época los primeros hospitales, concebidos como hospicios para atender a los maltrechos caminantes. La periodista lamentó que la enseñanza actual de historia hubiera eliminado esa época de los planes educativos, además de haberla parcelado por territorios.

Pero más allá del origen de la ruta y de las dudas sobre la constatación de que sean o no las reliquias de Santiago, la escritora se refirió a las connotaciones estratégicas y políticas de la ruta: "Ese es el germen de la nación española, los cimientos", aseguró, "un proyecto del que ya había escrito el beato de Liébana". San Sebastián quiere ver en el Camino de Santiago "el arranque de la reconquista, la consolidación del reino de España, determinante para nuestra historia y un periodo muy poco conocido". "Hacía falta un proyecto para acometer ese proyecto", explica.

"No creo que la Edad Media fuera una época de tinieblas, pero sí es cierto que los núcleos eran mucho más pequeños y la cornisa cantábrica estaba continuamente asolada y continuamente devastada y donde reinaba el Islam", defendió San Sebastián. Sin embargo, priorizó valores de los que hoy "ya no se habla". "Quiero pensar que además de la crueldad en algunos episodios que describo, había valores y principios que estaban más presentes, como el honor , la lealtad y la valentía. Hoy en día al valiente se le llama irresponsable o idiota. A los traidores, les llamaban traidores, no astuto negociador político, como ahora", ironizó. "Esos valores han estado muy ausentes en la vida política de la que yo he escrito y tenía que recuperarlos", indicó.