"Chano Piñeiro eligió la profesión de Farmacia con una profunda vocación, aunque ya su padre y su abuelo habían sido boticarios. La gente entraba en la farmacia por un medicamento y a veces salía con una charla o una confesión; él era feliz con las personas más débiles y sensibles. Esa era su profesión, pero el cine era su pasión", reconoce su viuda, Mari Luz Montes Quireza. Ilustra su relato con una cita de Chano que lo define: "Para min o cinema é voar". Un fabulador. Un soñador. Un contador de historias. Y de sus colaboraciones en FARO quedó el libro "Conversas co vento".

En 1988, hace ahora treinta años, se iniciaba la grabación del primer largometraje del cine gallego. Chano Piñeiro rodaba "Sempre Xonxa", protagonizada por la actual concelleira de Igualdade en Vigo, Uxía Blanco, que pasó a la historia del séptimo arte por estar en gallego e íntegramente grabada en Galicia. El filme se pasearía por los festivales de Montreal, La Habana, Chicago y Portland.

El mundo del celuloide fue la pasión de este licenciado en Farmacia nacido en Forcarei en 1954 desde que su mujer Mariluz Montes Quireza le regaló la primera cámara de super-8 cuando se casaron. "Para él era como un juguete y comenzó a grabar todo lo que pasaba", recuerda Montes. El primer corto "Os paxaros morren no aire" nació bajo la premisa de un bajo presupuesto y pocos conocimientos técnicos pero tener "moito que dicir".

Generoso. Humano. Sensible. Apasionado pero sensato, con un punto de locura. Son muchos los calificativos con los que lo describe Montes Quireza, que aún se emociona con su recuerdo. "La trayectoria en el cine de Chano fue una carera de obstáculos; fundamentalmente porque nunca había dinero", explica. Tenaz hasta conseguir su lema: "Facer cine galego é posible e facer cine en galego é necesario". Le costó salud, pero lo logró.

Aún así, la profesión de los dos fue la de boticarios, después de estudiar en la Universidad de Santiago. Chano Piñeiro y su esposa abrieron una oficina de farmacia en la calle Torrecedeira de Vigo en 1979, donde el cineasta pasaría la mayor parte de una vida truncada precozmente en 1995 (con solo cuarenta años) a causa de una dolencia crónica. La muerte del también autor de "Mamasunción" causó una honda impresión en todos los todos círculos culturales gallegos. Y fue allí, en la rebotica, daría forma a algunas de esas piezas que acabaron haciendo historia en la filmoteca gallega.

La "Irmandade da Sanidade Galega", organización profesional que pretende promover el uso del gallego en los servicios sanitarios, celebrará mañana, viernes, en colaboración con el Colexio de Farmacéuticos e de Vigo y Pontevedra y la Consellería de Política Lingüística un acto en Vigo con el descubrimiento de una placa en la casa donde residió el cineasta -y aún vive su mujer- entre Doctor Marañón y Menéndez Pelayo, número 24 (17.00 horas). La placa fue realizada por el escultor vigués José Molares.

Al día siguiente, sábado se celebrará la Asamblea anual de la Irmandade en la sede del Colegio de Médicos de Vigo con la incorporación de una docena de nuevos irmandiños y una lección magistral sobre el "boticario que fue cineasta" (12.30 horas). En el acto se recordará nuevamente la figura del cineasta homenajeado y se proyectará la célebre "Mamasunción", con entrada libre. "Él estaría muy orgulloso del cine actual y la incorporación de mujeres directoras, realizadoras...", asegura Montes.

Mariluz Montes - Viuda de Chano Piñeiro

"Eligió Farmacia con una profunda vocación, aunque su pasión fue el cine"