En Miedo -un montaje dirigido por Pepe Miravete de canciones e imágenes sutiles y sobrecogedoras-, Pla ahonda en las inquietudes más íntimas y, a la vez, universales.
- Miedo parece un espectáculo bastante especial, pero también bastante arriesgado. ¿Está siendo buena la aceptación?
-Jolines, de momento no nos podemos quejar. Allí donde vamos hay gente y no nos han echado a gorrazos por ningún lado. Parece que a la gente le gusta.
- ¿Y el disco? ¿Le gusta a la gente pese a ser la música sin toda la carga de imagen y actuación del espectáculo?
-Yo el disco no lo percibo, soy ajeno a las condiciones en las que la gente lo escucha y a qué sensaciones tiene. Siempre me he sentido un poco ajeno a los discos que hago una vez enlatados. Me da igual que hayan salido redondos o cuadrados. Sí te puedo decir del directo, y ahí va todo bien.
- ¿Usted con hacer el espectáculo se hubiera conformado?
-Sí, el espectáculo es mi vida. Yo monto el circo en un pueblo, hago lo que tengo que hacer y me voy. Esta es mi vida.
- ¿Qué fue primero, el disco o el espectáculo?
-Primero fueron tres o cuatro canciones y enseguida empezamos a montar el espectáculo y a poner imágenes, sensaciones para darle forma al espectáculo. Y una vez acabado es cuando nos dimos cuenta de que teníamos 12 o 13 canciones grabadas y solo había que trasladarlas a un disco. Y creo que ha valido la pena y ha quedado la mar de bonito.
- Miedo es el disco para los adultos a los que no traumatizó de niños con Anem al llit ?
-El disco tenía que ser para niños, pero me fue saliendo un disco para niños pero con canciones de miedo, y al final hasta dejó de ser un disco infantil para ser solo un disco de miedo.
- ¿Ha cambiado algo en su vida para que hace 20 años pudiera hacer un disco infantil y ahora no le salga?
-No lo creo. De hecho el año pasado estuve haciendo una gira por Cataluña con el público infantil. Lo que sí es verdad es que lo intenté hacer en castellano y no me sale, joder, no me sale hacer canciones para niños en castellano. Solo me salen de miedo.
- ¿Tendrá algo en el subconsciente que le impida componer para los niños en castellano?
-Pues no lo sé. Pero tampoco es que luche mucho contra lo que quiero o no quiero componer. Van saliendo cosas y queda como queda.
- Canta al miedo al circo, miedo al parque, miedo al Ratoncito Pérez. ¿Para tener miedo primero hay que haber sido feliz?
-A ver, yo no soy filósofo. Supongo que si te sientes feliz tienes miedo a perder esa sensación. Es como el placer, que como mínimo tienes pereza a perderlo.
- No le voy a preguntar a qué le tiene más miedo porque he leído que regala un caramelito a cada periodista que se lo pregunta y a mí no me gustan los caramelos...
-Muy hábil.
- Pero sí le voy a preguntar cuál es su miedo preferido...
-Pues mira, cada vez que me pregunten esto a partir de ahora, regalaré también un caramelo. Si vienes este fin de semana al espectáculo, identifícate y te lo damos.
- El refrán dice que el miedo guarda la viña. ¿Es el miedo conservador?
-No lo sé. Yo siempre hago cosas porque se me ocurren, jamás van más allá de un pensamiento, no reflexiono mucho sobre eso y no quiero que sea una cosa terapéutica, ni para mí ni para quienes lo escuchan.
- Lo que sí parece es que el espectáculo trata los miedos de forma bastante directa. ¿Es para que después nadie se los reinterprete y los relacionen con sus ideas sobre política y cosas así?
-Sí, la cosa política y social yo creo que es muy invasiva. Los que intenten que yo hable de lo mismo que habla la tele o los periódicos, van equivocados.
- O sea, que hablar de Cataluña, por ejemplo, le da más pereza que miedo...
-Me da una pereza terrible. Pero más que pereza me da rabia que se cuele en este espacio. Es complicado de evitar porque parece que a nadie le importa una mierda lo que pasa en el teatro o lo que escribe la gente. Interesa lo que interesa y tú intentas sortearlo como puedes.
- ¿Por qué a la gente le interesa tanto lo que usted opine sobre Cataluña, España y la independencia?
-Porque hablar de política da más dinero y popularidad que hablar de arte. Pero a mí me la suda, la verdad. No vivo en un mundo paralelo pero sí en uno que existe y ellos no.
- Además del miedo, en Miedo también habla bastante de la muerte. Aquí se tiene mucho miedo a la muerte pese a ser un país católico que, en teoría, cree en el más allá. ¿No le sorprende?
-Sí, siempre me he preguntado porque los católicos tienen miedo a morirse. Será que no se lo creen de verdad, digo yo.
- Una de las canciones la canta usted como si hubiese muerto y nos viera desde el más allá. ¿No cree que se está mejor aquí que allí?
-Pues un poquito. Pero debe dar gusto decir "ahí os quedáis" después de muerto.
- ¿Y usted cree que podrá decirlo o solo será pasto de los gusanos?
-Sí, yo creo que seré pasto de algo.
