Ambos ponentes coincidieron en la "necesidad de salir del ciclo en el que España está instalada desde 2015 y recuperar una cierta normalidad institucional", perdida tras la ruptura en las urnas del bipartidismo y la irrupción de un nuevo marco político. "No hay leyes, no hay presupuesto, ni control de la acción de Gobierno, que son las funciones de las Cortes Generales", recordó. "Las dos últimas son dos legislaturas fraudulentas, no por el proceso electoral sino porque el Estado no está funcionando con lo que la Constitución prevé y contempla, no es por lo tanto un Estado democrático", dijo .

Pese a tratarse de una situación "menos dramática que la de 1978", los analistas no restaron importancia al "desmoronamiento constitucional". "La Constitución ya no es normativa, solo es nominal", afirmó Pérez Royo, que hizo hincapié en que desde hace cuatro años solo se gobierna a través de "decretos leyes".

Pérez Royo y Losada también precisaron que nunca podrá hacerse una reforma a partir de una propuesta concreta "porque nacería muerta". "Hay que empezar desde cero, con una negociación de buena fe y a partir de la nada, solo desde el análisis de lo que ocurre", dijo el catedrático.

Solo así, apuntaron los autores, podrá hacerse una modificación parcial o incluso total ya que esa posibilidad también se incluye en la propia Carta Magna. "Su reforma no es una opción, es una necesidad y mientras no se entienda eso estamos ante un problema de una gravedad extraordinaria", dijo Losada.

"Me gustaría equivocarme y que Antón tuviese razón porque es imprescindible pero tengo serias dudas de que se pueda hacer porque tanto el Congreso como el Senado están pensados para dificultar el procedimiento de reforma de la Constitución y no para facilitarlo", aseveró Pérez Royo.