"Cuando evaluamos, observamos, diagnosticamos a un niño introducimos una mirada que nunca es inocua porque siempre implica que se va a sentir observado", afirmó José Ramón Ubieto, profesor de la Universidad Oberta de Cataluña, psicólogo clínico y miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, en la conferencia "Niños y niñas hiperactivad@s, hiperconectad@s e hipersexualizad@s". El especialista, que presentó ayer en el Club FARO su último libro, "Niñ@s híper. Infancias hiperactivas, hipersexualizadas, hiperconectadas" (Ned Ediciones), alertó de que los niños y adolescentes están hiperdiagnosticados e hipermedicados por el afán del adulto de ponerle una etiqueta diagnóstica a cualquier comportamiento que se desmarque de las pautas de lo que se supone que tiene que hacer el niño en cada franja de edad.

"Estamos colonizando la infancia y el problema de esto es que estamos proyectando sobre ella nuestra mirada adulta sin respetar que la infancia tiene una lógica y unos tiempos distintos a los nuestros", afirmó el ponente, quien atribuyó esto a la tendencia que tiene el adulto del siglo XXI a controlar y pautarlo todo. "Y cuando un comportamiento se sale de lo pautado, como necesitamos explicarlo, echamos manos de un diagnóstico", añadió.

En su opinión, esto explica el enorme aumento que ha experimentado en apenas 30 años los casos de TDH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). "Hoy es malo que un niño se mueva en el colegio. Enseguida se le diagnostica de TDH, pero es que los niños del siglo XXI no son iguales que los del siglo XIX, para quienes se diseñó el modelo educativo. Vivimos en la sociedad del zapeo. Los adultos también estamos saltando de una cosa a otra. La movilidad tiene que verse como una ventaja y como un problema. Por mi experiencia, los colegios que imparten otro modelo educativo, donde el alumno cambia de actividad entre clase y clase, cambia de aula, etcétera, tienen muchos menos casos de TDH", dijo.

En "Niñ@s híper", escrito a modo de diálogo con Marino Pérez Álvarez, catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo, ambos expertos procurar arrojar un poco de luz sobre los "híper" que gobiernan la crianza de los niños, que han pasado de ser vistos como quienes estaban destinados a continuar lo que habían empezado sus antecesores o a cumplir los sueños de los padres a ser objetos valiosos, por su escasez, y funcionales. "Ahora nos fijamos en que sean funcionales. Queremos que sean excelentes: emprendedores, imaginativos, conectados, creativos..., incluso hipersexualizados. Fíjense en la cantidad de niñas vestidas con trajes que son más de mujer que de niña, a las que incluso hacemos desfilar. Les estamos dando un estatus de mujer que no tienen. Esto hace que si antes eran los niños los que tenían que ganarse el amor de los padres, ahora sea al revés", dijo el especialista, que alertó que la pornografía online se ha convertido en el medio de iniciación sexual de los adolescentes y recordó que según la ONU, el segmento de edad que más consume pornogafía en internet son los menores de 12 a 17 años.

Y es que los niños están obligados a evolucionar deprisa y dentro de unos parámetros marcados. "No tenemos en cuenta que la infancia es un tiempo de espera, un tiempo para prepararse para ser adulto", explicó el psicólogo.

Ubieto también se refirió a las nuevas tecnologías, a las que no hay que demonizar, pero sí observar de una manera crítica. "Lo digital ha venido para quedarse y no podemos oponerlos ni va a suceder el Apocalipsis. Hay que acoger lo nuevo y aprovechar lo que tiene de bueno, pero manteniendo los principios. Es decir, lo mismo que nos sirve en la vida real, es válido para internet: privacidad, respeto...", explicó el psicoanalista, que también abogó por el juego como forma de aprendizaje del niño e incluso por el aburrimiento como elemento para incentivar la imaginación y la creatividad. "Si quieren un consejo para estas navidades, regalen nada al niño, es barato y muy práctico porque estamos llenándoles tanto la vida que no deja sitio para el vacío y no se puede pensar sin aburrirse", dijo.

Según el ponente, que fue presentado por la psicóloga clínica y psicoanalista María Ángeles Castro, es fundamental recuperar la conversación, entendiendo como tal la muestra de interés por lo que piensa el niño y no solo por lo que hace. "Conversar no es darle la chapa, sino interesarse por su vida y, sobre todo, dar testimonio de cómo nos fue a nosotros para que vea que hay situaciones que se repiten siempre y que tendrá que lidiar", dijo durante su intervención en el Auditorio Municipal do Areal.