La economista Teresa Mariño, que recogió el año pasado el premio eWoman en reconocimiento a su trayectoria profesional, repite en la segunda edición del foro, el jueves 15, esta vez como ponente.

- ¿Sobre qué versará su intervención en la jornada?

-Me gustaría transmitir dos mensajes a las asistentes. Uno dirigido a estudiantes y es que hay que formarse, que es algo fundamental, y que luego trabajando duro las cosas van saliendo. A las mujeres empresarias que estén también quiero decirles que hay que seguir creciendo cada día, que es muy difícil y requiere mucho esfuerzo pero que con trabajo al final se llega a puestos directivos y a empresas muy potentes.

- ¿Ha notado en algún momento a lo largo de su carrera profesional que tenía más obstáculos que sus compañeros hombres?

-Sinceramente yo no he sentido que haya tenido barreras por ser mujer. Mi primer trabajo fue en una empresa de Tesorería del Banco Santander, en Madrid, donde había muy pocas proporción de mujeres con respecto a hombres pero todas y todos trabajábamos muy duro y la verdad es que me trataban como a una igual. Luego entré en el mundo universitario donde las categorías profesionales están muy estandarizadas con lo cual es más difícil la discriminación por sexo. Sí que a lo mejor en el mundo de la consultoría al principio, cuando me vine de Madrid a Galicia, sí que notaba que les parecía raro que fuese una mujer quien defendía un proyecto de consultoría empresarial pero luego cuando veían que era profesional, que tenía criterio y que hacía las cosas bien esas barreras iniciales desaparecían.

- Consultora de empresas, profesora universitaria, doctora en Economía y madre de cuatro hijos. Admito que probablemente si fuese usted hombre no surgiría esta pregunta pero, ¿cómo hace para compatibilizar su carrera profesional con su vida familiar?

- Trabajando mucho y gestionando muy bien la agenda. Luego el fin de semana suelo trabajar solo una tarde, la del domingo, pero el sábado completo y la mañana del domingo se la dedico por completo a mis hijos. A quien tengo un poco abandonados es a mis amigos pero a todo no llego. Mis hijos están acostumbrados y ven como algo normal lo de tener una madre trabajadora y les gusta, ya lo tienen interiorizado.

- Jornadas como eWoman se organizan para motivar a las mujeres a romper el techo de cristal. ¿ Cómo se hace?

-Creo que el "enemigo hombre", entre comillas, va a menos porque cada vez hay más igualdad en puestos y ellos están a gusto trabajando en equipos multidisciplinares de hombres y mujeres. Así que somos nosotras, las mujeres, las que debemos reponderar los miedos que tenemos porque muchas no desarrollan sus carreras hasta puestos directivos porque ellas mismas se plantean que a lo mejor no pueden llegar o tienen dudas. Es algo que un hombre no se plantea cuando le ofrecen un puesto, no tiene esas dudas y dice que sí. En cuanto superemos esos miedos que tenemos y veamos que sí lo podemos hacer bien esto va a cambiar. Uno de los momentos críticos es cuando una mujer se plantea una vida familiar con hijos porque cuando éstos son pequeños requiere un esfuerzo importantísimo pero no hay que dejar de lado la carrera, hay que seguir adelante.

- ¿Estamos yendo por el buen camino para que a nuestras hijas les resulte más fácil lograr el éxito?

-Sí, yo soy muy optimista por naturaleza. De mis cuatro hijos solo tengo una hija y no me cabe duda de que va a tener la trayectoria profesional que ella quiera y probablemente brillante porque le gusta trabajar y es una persona que se esfuerza mucho.