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Luis Montoro: "Avisar de un control policial es proteger a gente que nos puede matar"

"Los accidentes de tráfico han matado a 8.700 personas en cinco años y cuestan 20.000 millones anuales"

Luis Montoro. // Germán Caballero

Las drogas, el alcohol o el uso del móvil han incrementado las cifras de fallecidos en carreteras durante los últimos cuatro años, un dato que ha hecho reflexionar a los expertos en torno a esta lacra social. Luis Montoro, presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial, ha publicado más de 35 libros relacionados con la educación vial en la sociedad española y, como tal, es un gran conocedor de todo lo relacionado con esta problemática.

- El martes se presentó el anuncio de la DGT "¿Quién prefieres ser? ¿Quien vive o quien muere?". ¿Qué le parece?

- Hablando en términos médicos este anuncio es una buena aspirina, pero la enfermedad es grave y se requiere un tratamiento fuerte. El anuncio va a tener su efecto, pero se va a solucionar muy poco, por lo que se le deberían unir otro tipo de medidas. Sin embargo, es necesario porque en los últimos cinco años hemos tenido 8.700 muertos, 50.000 inválidos permanentes y cada año nos cuestan entre 15.000 y 20.000 millones de euros los accidentes de tráfico. Por otra parte, está tratando los cuatro grandes problemas desde la perspectiva del factor humano, que son el móvil, el alcohol, la velocidad y las drogas y los fármacos. Estas campañas se recuerdan muy bien y modifican, aunque sea durante un tiempo, el comportamiento de los conductores.

- ¿Y cuál es la parte negativa?

- Pueden provocar rechazo y tienen un efecto puntual. El problema más grave es que mentalizan de la gravedad del accidente pero no dan soluciones o consejos para prevenirlo. Además, da muchos mensajes en muy poco tiempo y esto requiere un gran esfuerzo por parte del espectador.

- Una de las novedades de esta campaña reside en que el protagonista es el conductor. ¿Cómo puede ayudar esto?

- Uno de los problemas que tenemos es que somos muy tolerantes con las conductas de riesgo de las personas que van bebidas, utilizan el móvil o circulan a gran velocidad. Por lo tanto, nos muestra que no debemos tolerar estas infracciones. El problema del tráfico es que el riesgo se comparte con las otras personas. De los 1.830 muertos que hubo el año pasado, casi la mitad murieron por culpa de otros vehículos. Además, muchos conductores , como fue en el caso del atropello a varios ciclistas en Oliva, avisan de los controles que hay.

- ¿Cómo se pueden controlar estos avisos con la proliferación de las nuevas tecnologías?

- Tenemos que tomar conciencia de que con ese tipo de avisos estamos protegiendo a gente que nos puede matar.

- En los últimos cuatro años han aumentado los fallecidos, ¿falta conciencia de los peligros que comporta la conducción?

- La gente no conoce las cifras de muertes ni el coste económico. Por lo tanto, no es excesivamente consciente porque tienen muy poca formación e información sobre los peligros.

- ¿Podría mencionar algunos de ellos?

- Si estás muy cerca del airbag, te puede dar un golpe de tal calibre que te puede lesionar o matar. Por otra parte, muchos llevan cojines o toallas en los asientos y esto es mortal porque te resbalas por debajo del asiento y se te van rompiendo los huesos hasta que el fémur te sale por el pulmón. El asiento central es el más seguro porque el 75% de los golpes son laterales. Otro reside en que el cristal de la ventana no debe estar abierto porque, si te caes encima, te puede cortar el cuello. La corbata siempre se debe llevar por encima del cinturón porque te puede ahorcar. Por lo tanto, falta mucha formación e información.

- ¿La normativa es suficientemente dura?

- En general, es algo más blanda que la europea, pero no está en unos malos niveles de dureza. Muchas veces se pide más para hacer justicia que para solucionar el problema. Los dos grandes ejemplos son Suecia e Inglaterra, que forman e informan sobre el riesgo y después les crujen. Por lo tanto, el paso previo para incrementar la dureza es aumentar la formación.

- Se creía que el carné por puntos iba a mejorar estas cifras. ¿Ha sido beneficioso?

- Ha sido una de las mejores medidas que se han implantado en nuestro país; uno de los mejores sistemas de Europa. La gente tiene una valoración positiva sobre este tema, lo que quiere decir que el sistema está funcionando. Pero hay un 30% sobre los que no hay eficacia, es decir, los que tienen problemas con el alcohol o las drogas o sufren trastornos en su personalidad. Hemos pasado de una política sancionadora a una reeducadora.

- En 2017, hubo 1.830 muertes y uno de cada tres había consumido alcohol o drogas...

- Las sociedades conducen como viven. Esto es un problema porque el consumo de drogas y alcohol es muy alto actualmente. Se debe conseguir una disociación entre beber y conducir y esto se hace a través de campañas para que se conozcan los peligros. Hay que tener en cuenta que en España tenemos cuatro millones de alcohólicos y dos millones de toxicómanos y para ellos estas estrategias no sirven.

- ¿Cuáles son las quejas?

- Las multas o la cantidad de radares. Pero en España tenemos 27 radares por cada millón de habitantes, cuando la media europea es de 73. Muchos creen que tienen un afán recaudador, pero los ingresos se destinan a las campañas, a la seguridad vial, a las víctimas de accidentes de tráfico... Por lo tanto, el sistema sancionador no está al nivel de Europa.

- Aunque la mayoría de accidentes son producto del alcohol o las drogas, también los hay por pérdida de facultades...

- España fue quien inventó el sistema de exploración de los conductores en los años 30. Sin embargo, en el resto de Europa este sistema se ha ido reformando y aquí no se ha tocado. Tendríamos que fijarnos en el modelo austríaco o alemán, que cuenta con fuertes exploraciones antes de retirar el carnet.

- ¿Cree que debería haber un límite de edad a la hora de conducir?

- La Organización Mundial de la Salud señala que antes de poner un límite hay que hacer una buena exploración porque el límite no está en la edad, sino en la pérdida de facultades. Se pueden poner limitaciones pero no exclusiones porque quitarle a una persona el carné de conducir comporta problemas psicológicos.

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