El 'veroño' no encaja con las setas. La ausencia de lluvias en septiembre y la tardanza de temperaturas otoñales ha retrasado hasta un mes y medio la aparición de los valorados 'cogomelos' del monte gallego: níscalos, cantarelas o zarrotas. Es la opinión unánime de las Asociaciones micológicas del sur gallego y expertos en la disciplina consultados. De hecho, algunas especies características de finales de verano, ni están ni se las espera.

"Se está retrasando todo el proceso un mes y medio. Hace poco más de una semana que empezaron a verse las primeras setas, las que salen en la madera; especies poco carnosas que precisan muy poca agua. Habrá algunas que no saldrán porque llega el frío... Es todo bastante impredecible desde hace unos años", reconoce con cierto desconcierto el secretario del Grupo Micolóxico Galego Luis Freire, ubicado en Vigo, Óscar Requejo. "Hace diez años, llegaba el final de verano y las tormenas de agosto y comenzaba la temporada", explica. El grupo -fundado en el año 1992 - está integrado por socios de perfil investigador, que relacionan más esa tardanza de los hongos con la falta de lluvia. "Este otoño de setas, a nivel gastronómico ha sido pobre.

El presidente de la Asociación Micolóxica "Brincabois" de Pontevedra, Jaime Blanco-Dios, uno de los mayores expertos (que ha descubierto hasta 40 taxones de especies nuevas de setas) achaca al cambio climático y, sobre todo, coincide en la ausencia de lluvias como responsable de este fenómeno. "No salen cuando deberían", explica el descubridor de la Pterula pontevedrensis. "Que ahora empiece a hacer frío tampoco es bueno para otras especies", advierte. También confirma se están recogiendo del monte Boletus edullis y estivales. "Hay algunas especies como los Cantarelos que necesitan mayor concentración de agua en el suelo y estoy comprobando que no hay en los lugares donde solía cogerlos, ni muestra de que vaya a haberlos", aseguró in situ ayer.

El presidente de la Agrupación Micolóxica "A Cantarela" de Vilagarcía, Carlos Álvarez -que lleva 36 años dedicado a la Micología- también lamenta las últimas cuatro temporadas, pero especialmente este otoño. "Creemos que la causa es el cambio climático. Antes, a finales de agosto ya había humedad. Algo suficiente para que comenzasen a brotar los boletus estivales, o Boletus reticulatus. Este año ni aparecieron. Luego, en esa época finales de septiembre cogíamos lepiotas y níscalos, además de gran cantidad de Russulas. Todo a finales de septiembre y principios de octubre", razona. Y lo ejemplifica con una anécdota: "El 21 de octubre hicimos una salida en autobús con más de medio centenar de aficionados. Fuimos a Ourense, buscando 'carballeiras' en la zona de Piñor de Cea y lugares más frondosos, de bosque cerrado que conservesa la humedad", explica Carlos Álvarez. El resultado no pudo ser más decepcionante: "Cogeríamos 15 o 20 ejemplares? entre los 55 que viajamos en el autobús". "A Cantarela" volverá a salir este domingo a una excursión a la zona de Forcarei y Silleda. "Probaremos en varios montes a ver si hay suerte", indica Álvarez.

Precisamente desde la zona del Ulla, el presidente de la Asociación "Amabul" de Vedra, Rubén Villasenín, lamenta que "están saliendo especies propias de finales de verano". "Hay setas que eran habituales en nuestros montes y están desapareciendo, mientras que se acorta el ciclo de otras", reflexiona. Precisamente, a pie de campo, Villasenín aseguraba ayer a FARO que recogió "una veintena de Amanita caesarea en un micelio de un metro cuadrado" (una especie no muy común en montes gallegos y cuyo kilo cuesta más de 50 euros). Por eso, espera que este fin de semana sea "uno de los mejores del año para la micología en el Ulla". También a causa del tiempo, prorrogaron hasta diciembre la excursión que "Amabul" realizará a la sierra del Xistral.

En los montes de la provincia de Pontevedra y el sur de Galicia hubo tradicionalmente variedades comestibles casi en cualquier lugar. Existen zonas de recogida consideradas clásicas, lugares imprescindibles para los buscadores debido a su alta producción micológica y a su accesibilidad: los montes de O Vixiador en Candeán y los alrededores de la Universidad de Vigo, en la zona de Vigo; el entorno del lago Castiñeiras, en O Morrazo; el monte Castrove, entre Meis y Poio; los pinares costeros de la comarca de O Salnés (Sanxenxo, O Grove y A Illa de Arousa) y, en el interior de la provincia, las riberas del Ulla y los robledales y castañales de Lalín, Silleda y Forcarei.