Inventor con cerca de una treintena de patentes en su haber, el asturiano Víctor Sariego expuso hace unos años sus esculturas modulares e interactivas en el museo Domus de A Coruña y en otros lugares del norte de España, donde hicieron las delicias de los niños. Ahora, según revela a FARO, las ofrece a cualquier institución de la provincia de Pontevedra que las quiera acoger como complemento de su oferta lúdica.

El contenido que ofrece Sariego al museo de Pontevedra que quiera acogerlo son unas esculturas modulares intercambiables hechas de nomex, un material ligero, indeformable e inalterable a los agentes atmosféricos. Algunas de ellas constituyen lo que él llama "cruces del maestro".

¿Por qué en Pontevedra? Sariego responde: "Me trataron muy bien y tengo una nieta que lo puede disfrutar", explica Sariego, creador de un juego educativo llamado Ludibox, consistente en 12 piezas de madera, y que potencia la creatividad de los niños.

El aspecto y la funcionalidad del Ludibox lo emparentan de alguna forma con el Tetris, el popular videojuego ruso que hizo furor en los noventa, y con el cubo de Rubik, de moda una década antes. De hecho Víctor Sariego asegura que el inventor del celebérrimo cubo multicolor, el escultor y profesor de arquitectura húngaro Erno Rubik, elogió su Ludibox. "Me dijo que su juego, el cubo de Rubik, tiene un final, y el mío no", asegura el asturiano, que defiende que el Ludibox, galardonado con medallas de oro y plata en los salones internacionales del diseño y la invención de Bruselas, Ginebra y Madrid, ayuda a "aprender a pensar jugando".