"Ningún niño me dijo nunca que su sueño era sentarse y hacer un examen", bromeó Gerver. Para este experto en educación se le da demasiada importancia a los exámenes. Tienen mucho peso, según su opinión, "y no gustan a nadie". ¿Y cómo se arregla eso?, insinuó el público. "Digamos que los exámenes forman parte del sistema pero no deben ser el centro del sistema", expresó Gerver.

"En mi opinión el profesorado se esfuerza muchísimo pero hay ciertas cosas sobre las que necesita reflexionar. Se ejerce presión sobre ellos para que obtengan resultados, para que preparen al alumnado para los exámenes y para asegurarse de que el alumnado apruebe dichos exámenes. A veces, esta presión es tan notable que se olvidan de lo verdaderamente importante", reflexiona el experto. ¿Y qué es lo verdaderamente importante? "Preparar al alumnado para vivir. Los profesores necesitan recordar que su trabajo no es únicamente la transferencia de información hacia los estudiantes sino que también deben asegurarse de que los estudiantes son capaces de aprender y de pensar sobre la vida por ellos mismos". También aludió Gerver a saber gestionar la incertidumbre. "Dos o tres generaciones atrás preparábamos a la juventud para vivir en un mundo donde había una certidumbre razonable. Ahora el futuro está envuelto por una incertidumbre increíble. Es necesario preparar a la juventud para existir, sobrevivir y prosperar en un mundo en el que puedan lidiar con situaciones nuevas más rápidamente que cualquier generación pasada", afirmó.

Para este experto, el reto más importante es conseguir que el aprendizaje sea importante para el alumnado. "Que sea importante en el contexto de su vida y que lo vean como algo valioso en el presente, no solo para su futuro. Tenemos que invertir tiempo en pensar cómo puede el profesorado acudir al alumnado y no siempre al revés", reflexiona el profesor británico.

En cuanto a las emociones, Gerver destacó la importancia de que desarrollen fortaleza mental. "Cualquier joven, como cualquier persona adulta, es profundamente complicado, ya que son seres humanos gloriosamente individuales. Quiere decir que abarca fortalezas y fragilidades. Si queremos criar jóvenes capaces de vivir en un mundo incierto, deben tener fortaleza mental y una inteligencia emocional correctamente desarrollada", comentó Gerver.