Antonio Martín explicó en qué consiste la contra-narrativa, es decir, cómo contraatacar la propaganda de grupos terroristas como Al Qaeda, que, advirtió, ahora se sirven de vídeos de una calidad propia de Hollywood para hacer llegar sus mensajes. "Ya no es el típico vídeo hecho en casa donde se ven a tres personas con la banderita detrás y un kalashnikov. Ahora son unas narrativas muy bien elaboradas y dirigidas a un público específico, con una calidad de imagen abrumadora", explicó.

Según el analista, la contra-narrativa tiene dos partes: el desprestigio y la deslegitimación. "En el primero actúan las instituciones públicas y las privadas, como CISEG, y los medios de comunicación, importantísimos a la hora de trasladar estos mensajes para no empoderar al grupo terrorista y dar difusión de su publicidad. En el segundo, los musulmanes occidentales y las comunidades islámicas", dijo.

En este contraataque, el humor juega una baza importante. "En el desprestigio, el humor funciona", dijo el experto, que puso como ejemplos la comedia francesa "Four Lions" (2010), que parodia al grupo Al Qaeda, y los memes sobre el vídeo del "Hijo de la Tomasa" o los mensajes condenando la homosexualidad, que obligaron al grupo terrorista a eliminarlos de todas sus redes.

Martín habló también de los contrafuegos sociales -profesores y personal sanitario-, cuyo objetivo es detectar a una persona que se está radicalizando. "Pero además de detectar a estas personas hay que trabajar con ellas, sobre todo con los jóvenes, porque ellos son el futuro del terrorismo. Si no cortamos por lo sano, si no les explicamos qué es el terrorismo realmente no evitaremos que pueda ser captado", advirtió.