El Nobel de Economía premió ayer a los estadounidenses Willian D. Nordhaus y Paul M. Romer por construir modelos que explican las interacciones de la economía de mercado con la naturaleza y el conocimiento. La Real Academia de las Ciencias Sueca resaltó en su fallo sus contribuciones metodológicas, que proporcionan "percepciones básicas de causas y consecuencias de la innovación tecnológica y el cambio climático", y suponen un avance en la respuesta a cómo lograr un crecimiento sostenido y sostenible en una economía de mercado.

La creciente preocupación de la comunidad científica sobre la influencia de los combustibles fósiles en el calentamiento global hizo que Nordhaus. de 77 años, comenzara a estudiar en la década de los 70 los ciclos de retroalimentación entre la actividad humana y el clima. Combinando teorías básicas y datos empíricos de física, química y economía, fue dos décadas más tarde el primero en diseñar modelos cuantitativos simples sobre cómo interactúan economía y clima, los modelos de evaluación integrada (IAM, por sus siglas en inglés), que constan de tres módulos: uno describe cómo las emisiones globales de CO2 influyen en su concentración en la atmósfera; otro, cómo esa y otros gases invernadero afectan a los flujos de energía a y desde la Tierra; y la última, la influencia de las distintas políticas climáticas en la economía y las emisiones de CO2.

Su colega Romer, con quien se repartirá los 9 millones de coronas (870.000 euros), de 62 años, execonomista jefe del Banco Mundial (BM), y profesor en la Stern School of Business de la universidad de Nueva York, ha sentado las bases del "crecimiento endógeno" desde 1986. Con ello, demuestra cómo la innovación y el progreso técnico influyen de forma importante en el crecimiento económico. "Muchos creen que la protección del medio ambiente es tan costosa y difícil de llevar a cabo que prefieren ignorar el problema, o incluso negar su existencia", declaró Romer a la Academia.