El reconocido cantautor de "La edad del porvenir" y otras combativas y sentimentales letras, Javier Álvarez, que congregaba a miles de jóvenes en sus conciertos en los años noventa, rompió su silencio recientemente para reconocer que -estando en la 'cresta de la ola' de la fama- sufrió varios brotes psicóticos y tuvo que frenar. Álvarez fue un niño superdotado, que aprendió a tocar la guitarra y a componer de un modo autodidacta. Y el éxito, que le llegó de una manera tan rápida y abrumadora, le pasó "una factura absolutamente brutal" que provocó que se le "desestructurara la mente". Así relató cómo el estrés unido al consumo de tóxicos le llevó a tener dos crisis y una "profunda" depresión. Ese relato lleno de generosidad y valentía de Javier Álvarez cerró la jornada técnica por el Día Mundial de la Salud Mental en Madrid, bajo el lema "Salud Mental, una asignatura pendiente".

Pero su caso no es un hecho aislado. Uno de cada diez universitarios españoles declara haber tenido pensamientos suicidas en el primer año de carrera y un 1% afirma haber realizado una tentativa de suicidio en los últimos doce meses, según concluye el proyecto Universidad y Salud Mental - basado en encuestas a 2.118 alumnos de cinco universidades españolas y publicado en la revista Suicide and Life-Threatening Behavior-.

La psicóloga clínica y primera firmante del artículo, María Jesús Blasco, ha destacado que los principales factores de riesgo de la ideación suicida incluyen la psicopatología de los padres: agresión sexual o violación o sufrir o haber sufrido un trastorno del estado de ánimo o de ansiedad. "El estudio también identifica factores protectores de la ideación suicida, como son las relaciones positivas con los iguales y con la familia durante la infancia", según Blasco.

50.000 gallegos

Las cifras oficiales establecen que cerca de 50.000 gallegos padecen alguna enfermedad mental como trastorno bipolar, de la personalidad o esquizofrenia, pero, según los expertos, el número de pacientes que sufren trastornos psiquiátricos severos y crónicos "es mucho mayor". Una realidad que contrasta con el estigma social e institucional que, casi tres décadas después de la integración de los servicios de salud mental en los hospitales generales, sigue pesando sobre estos pacientes.

"La esquizofrenia, el trastorno bipolar o el trastorno obsesivo-compulsivo son patologías que suponen un giro de 180 grados en la vida de las personas que las padecen y en la de sus allegados, pero que se pueden tratar y que, con voluntad y constancia, pueden dar lugar a la recuperación de una vida estable por parte del paciente. Y si son tantas las personas afectadas y es posible su recuperación, ¿a qué se debe la falta de recursos en la atención a este colectivo?", se preguntan desde la Federación de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes), que agrupa a 14 asociaciones repartidas por Galicia. Una quinta parte de los adolescentes menores de 18 años padece algún problema de desarrollo emocional o de conducta, y uno de cada ocho tiene en la actualidad un trastorno mental, según datos de la Sociedad Española de Psiquiatría.

Con motivo del Día Internacional de la Salud Mental, que se conmemora el miércoles, Feafes Galicia alza una vez más la voz para reivindicar una "mejor y mayor atención a este colectivo". En esta ocasión, el tema elegido a nivel mundial es juventud y salud mental, haciendo especial hincapié en la prevención, el abordaje temprano de los problemas de salud mental y la sensibilización acerca de esta realidad.

"La adolescencia es un período delicado lleno de cambios, inseguridades, presiones y desajustes entre las aspiraciones y la realidad. Por eso, los jóvenes son particularmente sensibles a los problemas relacionados con la salud mental, por lo que es fundamental cuidar ciertos aspectos y educar en la salud en todos los ámbitos", destaca el presidente de Feafes Galicia, José Ramón Girón, quien subraya que "entre el 10 y el 20%" de los niños y adolescentes tienen problemas de salud mental. "La mitad de las enfermedades mentales presentan síntomas antes de los 14 años, y tres cuartos de ellas comienzan antes de los 25. En este contexto, el sector educativo juega un papel fundamental, enfrentándose al reto de crear un ambiente educativo donde los jóvenes se sientan cómodos, respetados e integrados", remarca.

Girón insiste en que para prevenir los trastornos mentales en edades tempranas, "es importante involucrar a las familias y a las instituciones educativas en la etapa de prevención, desarrollando técnicas de detección temprana, intervención precoz y un clima relacional positivo y saludable en el contexto educativo, familiar y social".