En menos de dos semanas se cumplirá un año de los devastadores incendios forestales que dejaron cuatro víctimas mortales. Fue el 15 y el 16 de octubre de 2017 y para recordar la tragedia la Mancomunidad de Montes de Vigo ha organizado un intenso programa de actividades que se inauguró ayer en Club FARO con la charla de Juan Picos Martín, director de la Escuela de Ingeniería Forestal.

"Los incendios son cada vez más violentos y eso es algo para lo que tendremos que estar preparados", advirtió Picos durante una conferencia "¿Qué aprendimos en los incendios de octubre de 2017?". A ésa y a otras preguntas trató de dar respuesta ayer en el Auditorio Municipal do Areal el experto, que remarcó que las condiciones excepcionales que se dieron entonces (largo periodo de sequía, temperaturas anormalmente altas, vientos fuertes y una humedad ambiental baja) se pueden volver a repetir y que, de hecho, los "macroincendios" son un peligroso fenómeno que se reproduce en todo el mundo. Este 2018, en California y Atenas. "El riesgo de los macroincendios está ahí, aún no llegamos pero no los vimos tan de lejos", subrayó.

Especializado en Silvicultura y Explotación Forestal, Picos no profundizó en los causantes de los fuegos "que pueden ser incendiarios dolosos pero también personas imprudentes" sino en las circunstancias que permitieron que los fuegos del pasado octubre alcanzasen tal magnitud y en cómo evitar que se repitan. "En 1989 la peor ola de incendios de Galicia arrasó 200.000 hectáreas en cinco meses, en 2006 el monte ardió durante catorce días pero el año pasado apenas duró un día y medio", recordó para subrayar que la virulencia de los incendios, especialmente su velocidad e intensidad, ha aumentado.

Fue la Diputación de Pontevedra la que tras los fuegos encargó al grupo de Picos un estudio sobre cuyas primeras conclusiones disertó ayer el experto. Una de ellas es el riesgo al que se expone la población ante estos nuevos incendios que ya no son solo forestales sino que llegan a las viviendas y ponen en riesgo vidas. "El 69 por ciento de las viviendas en Galicia está en un área de influencia forestal y, por lo tanto, con un cierto riesgo de incendio", subrayó Picos, cuyo equipo analizó 415.000 puntos de control afectados. "Mucha gente arriesgó seguramente mucho más de lo que debía de una manera irracional para que no ardiesen sus casas", recordó. "Nuestro territorio es así, es un riesgo que tenemos que tener claro y debemos estar preparados", dijo.

La importancia de una planificación ordenada del territorio, con vías de evacuación más amplias fue otro de los puntos que trató el docente, que puso como ejemplo los precarios accesos a Chandebrito (Nigrán) o el multitudinario atasco que hubo en el túnel de A Cañiza, en plena autovía.

"Afortunadamente, y lo digo con todo el dolor del mundo, la magnitud de lo que fue nuestra tragedia, probablemente no estuvo muy lejos de que fuese mucho más grande. Y esa es una de las cosas que no podemos permitir que ocurra ni que se olvide. A día de hoy todo el mundo debería estar ya revisando qué es lo que tenemos en determinadas áreas con riesgo de sufrir un incendio, para que si se diese el caso tuviéramos una situación mejor que la que tenemos", afirmó.

Entre los objetivos, por lo tanto, están el filtrar cuáles son las zonas más peligrosas y, al mismo tiempo, detectar los puntos estratégicos de gestión que evitan que los fuegos se propaguen. Entre ellos, el experto citó la explotación ganadera en As Neves que evitó que el fuego continuase hacia el este de la localidad, o los petroglifos de Tourón, en Ponte Caldelas, que habían sido limpiados en junio de 2017 y que también ejercieron como freno ante la voracidad de las llamas.

"Tenemos que hacerlo al revés, no ver lo que funcionó sino ser capaces de prever dónde debería funcionar ante un incendio de estas características", apuntó. "A día de hoy tenemos que revisar mucha de nuestra relación con un potencial gran incendio forestal", insistió. Al respecto del área arqueológica de Tourón, recordó que otras zonas de interés no tuvieron tanta suerte por no estar acondicionadas. En total, 109 elementos de valor patrimonial de Galicia se quemaron el pasado octubre. "Curiosamente, nuestra capacidad de gestionar bien nuestro patrimonio cultural puede hacer nuestro territorio más resiliente ante los incendios forestales", dijo.

Al respecto de la polémica sobre el eucalipto, Picos propuso analizar también de forma pormenorizada cuáles serían las zonas con mayor riesgo para apostar en ellas por frondosas e incluso pastos.