Una poesía con tanta oralidad como la de Carlos Oroza (Viveiro, 1923-Vigo, 2015), compuesta para ser recitada y compartida, clamaba a gritos ser cantada y esto se ha hecho realidad gracias a la admiración mutua que se profesaban Oroza y Luis Eduardo Aute. El músico nacido en Manila y el poeta lucense pero vigués de adopción coincidieron en los años setenta en Madrid, donde Oroza era casi una leyenda entre la intelectualidad que frecuentaba en café Gijón, leyenda que el propio Oroza perpetuó cuando, de repente, desapareció de la capital sin dejar rastro.

Ya entonces, los versos de Prohibido el paso, uno de los poemas más representativos de Oroza, resonaban en los oídos de Luis Eduardo Aute. Pero el destino quiso que se quedaran ahí, en el eco de un sabio de la palabra que daba alas a la poesía con su propia voz, hasta que una tarde de 2014, durante una charla en un café con su editor y amigo, Javier Romero, Oroza aseveró: "La poesía es para ser cantada". Y dio un nombre: Luis Eduardo Aute. Para el poeta, la única persona que podía musicalizar sus versos. Este fue el germen del libro-disco Aute canta a Oroza (Editorial Elvira), en el que el intérprete pone música, recita y canta seis poemas del poeta rebelde, en el que es, hasta la fecha, su último trabajo de estudio.

Luis Eduardo Aute pone música a Carlos Oroza: Prohibido el paso

Romero asegura que aún se emociona cuando recuerda el día en que le propuso a Aute musicar la poesía orociana y el cantante enseguida aceptó el reto. "Aute recordaba muy bien a Oroza, a quien conoció en Madrid y de quien pensaba que había muerto porque, de repente, desapareció y nadie supo más de él. Y le entusiasmó recuperar el contacto con él", explica.

La idea de Aute era poner música a un par de poemas, entre ellos Prohibido el paso, que para Aute tiene un significado tremendo, según Romero, pero a medida que fue profundizando en el universo de Oroza, esos dos poemas pasaron a ser tres, luego cuatro, luego cinco y, finalmente, los seis que forman este disco: Prohibido el paso, Correr sin levantarme, Évame, Blanquísima su presencia, Tal vez sea yo el error y El que oficia el poema.

La muerte se llevó a Oroza el 20 de noviembre de 2015

, por lo que no tuvo la oportunidad de escuchar ninguno de sus poemas en la voz de Aute. Sin embargo, Romero está convencido de que el resultado le habría encantando.

Un año después, Aute telefoneó al editor vigués y le dejó un mensaje en el contestador. Había acabado los arreglos. Fue el día antes de que Aute sufriera el infarto que lo mantuvo en coma dos meses y del que aún hoy se está recuperando. "Todas estas circunstancias hacen que sea un trabajo especial. El disco, que nació como un homenaje a Oroza se ha convertido en un homenaje mutuo", afirma el editor.

Luis Eduardo Aute pone música a Carlos Oroza: Tal Vez Sea Yo El Error

Todo el proceso creativo del disco queda recogido en una conversación entre el editor vigués y el productor Javier Monforte, quien comenta que Aute había encontrado en la poesía de Oroza la puerta para el cambio que estaba buscando. De aquí, que este disco sea distinto a los anteriores trabajos de Aute, un disco de algo más de cuarenta minutos de duración donde canta, recita y rapea, un trabajo muy personal y sincero y, sin duda absolutamente orociano.

Esta joya poética-musical será presentada en Vigo en noviembre, coincidiendo con el tercer aniversario del fallecimiento de Oroza, y en Madrid. La editora quiere organizar una mesa redonda sobre la figura y la obra del inconformista y rebelde poeta, a la que quiere invitar a algún representante de la familia de Aute. El cantante, de 75 años, no asistirá por motivos de salud.