Dos currículos brillantes y comprometidos con la sociedad que se esfuerzan en mejorar nuestro futuro. Aquí, buscando armas más efectivas contra el cáncer, o incluso en Marte, desarrollando nuevos materiales para construir futuros refugios en el planeta rojo. Héctor Gómez (Monforte, 1980) y Miriam Velay (Finisterre, 1987) llegaron hace casi dos años a la Universidad de Purdue (Lafayette), una de las mejores del mundo en ingeniería y cuna académica de Neil Armstrong, entre muchos otros astronautas. Allí les ofrecieron un "pack vital" para potenciar sus carreras y conciliarlas con su vida personal -son marido y mujer desde este verano- por el que renunciaron a estar cerca de la familia e incluso "al marisco", bromean.

Ambos son doctores en Ingeniería Civil. Héctor, cuyo currículo incluye una Starting Grant de la Comisión Europea y los premios como mejor investigador joven de la Real Academia de Ingeniería, la Fundación Princesa de Girona y la Asociación de Mecánica Computacional de EE UU, tenía plaza como profesor en A Coruña. Pero los recortes y las rígidas tasas de reposición mantenían cerradas las puertas de la universidad a Miriam, que trabajaba en el CTAG.

Desde Purdue observan expectantes al nuevo ministro español de Ciencia. "En los próximos 10 años se van a jubilar dos tercios de los profesores y ya habría que estar pensando en cómo afrontar esta renovación. Si no se hace bien, España estará condenada a muchos años de escaso progreso científico. Pedro Duque tiene muy buena voluntad pero también existen grandes condicionantes. No creo en los cambios mágicos y rápidos, sino en los pequeños y duraderos", apunta él. "Y a los políticos les resulta difícil pensar a largo plazo", añade Miriam.

Héctor, que lidera su propio grupo de investigación, desarrolla modelos matemáticos para predecir la evolución del cáncer de próstata, el de mayor incidencia entre los hombres: "Cuando se diagnostica, en el 85% de los casos se administra un tratamiento radical de cirugía o radioterapia, ambos muy caros y con efectos secundarios. Pero se sabe que casi el 80% de esos pacientes no lo necesitan con urgencia. Pero además de este problema de exceso también se da la paradoja de que existe infratratamiento. Hay una clara capacidad de mejora".

En sus estudios utiliza la información que contienen las imágenes médicas para "tratar de predecir qué va a pasar en el futuro y diferenciar las personas que requieren tratamiento inmediato de las que pueden vivir durante años de forma saludable".

Por su parte, Miriam también dirige su propio grupo y centra su investigación en tres áreas fundamentales. Una de ellas tiene que ver con la búsqueda de materiales de construcción más sostenibles desde el punto de vista ambiental y económico. "No solo intentamos reducir su impacto, sino que incluso contribuyan a mejorar el medio ambiente", explica.

También se dedica a la ingeniería forense, mejorando la evaluación de estructuras de hormigón tras terremotos o incendios con ensayos no destructivos. Y está empezando un campo de estudio casi de ciencia ficción, materiales para una nueva era. "Investigamos cómo fabricar un nuevo hormigón en Marte o en la Luna. Enviar material al espacio es carísimo, así que la idea es llevarse de aquí solo nanopartículas o incluso utilizar exclusivamente los materiales que ya existan allí", describe.

Héctor y Miriam destacan la versatilidad de los estudios de Ingeniería Civil, que ambos cursaron en A Coruña, y reivindican la educación pública. "Un gran abanico de los problemas del mundo, desde el cambio climático a los nuevos materiales o la salud, tendrán que resolverlos ingenieros civiles. Los dos estudiamos en colegios públicos y somos productos de la sociedad. Intentamos devolverle algo de todo lo que nos ha dado", sostienen.

Los dos han captado a otros gallegos para sus respectivos equipos. "Nos gusta ficharlos porque son profesionales de primera división. No es fácil conseguir a gente así", subraya Miriam. "Son atractivos para cualquier universidad. No lo hacemos por caridad ni sentimiento patriótico, sino porque están muy bien formados y son competitivos con cualquier otro país. Si España no tiene más Nobel no es por falta de talento ni de capacidad de trabajo", sostiene Héctor.

Sus carreras son, sin duda, inspiradoras para las nuevas generaciones. Y el ejemplo de Miriam puede contribuir a feminizar un ámbito todavía mayoritariamente masculino: "El problema es que faltan referentes y nos perdemos mucho talento. Las niñas tienen que saber que hay ingenieras e investigadoras. Yo quise ser científica desde Primaria. Teníamos que hablar sobre un investigador y busqué una mujer. Todavía no había internet, así que cogí la enciclopedia de mi abuela y encontré a Marie Curie. La primera persona del mundo con dos Nobel en disciplinas diferentes ¡y solo tenía dos párrafos! A partir de entonces fue mi modelo. Salvó muchísimas vidas y cada vez que me hago una radiografía me acuerdo de ella".