El número de casos de acoso escolar, atendidos a través del Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes, disminuyó hasta los 590 en 2017, casi la mitad que en 2016, cuando se registraron 1.207, según el "III Estudio sobre el acoso escolar y ciberbullying" realizado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR a partir de las 36.616 llamadas recibidas durante 2017 en el teléfono de ANAR (900 20 20 10) relacionadas con el ciberacoso y, en concreto, en los 590 casos contrastados. Este es el dato positivo.

El dato negativo es que han aumentado su violencia y frecuencia. El estudio revela, por otra parte, que más de la tercera parte de las víctimas no llega a contar nunca la situación ni a sus padres ni a sus profesores, y que quienes lo hacen tardan una media de entre 13 y 15 meses en pedir ayuda.

Uno de cada cuatro casos se produjeron en forma de ciberbullying, es decir, a través de Internet y las redes sociales. Los responsables del estudio atribuyen este descenso a "una mayor sensibilización social". "El entorno social ya no es silente, hay una actitud más proactiva por parte de los profesores, los colegios y las autoridades, así como de los padres que han tenido conocimiento para tomar cartas en el asunto", explicó Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña.

Sin embargo, el acoso se ha vuelto más violento. Así el 97% de los casos corresponden a situaciones de intensidad media o grave. En cuanto a la violencia y frecuencia, en el 52,9% de los casos de acoso presencial y en el 40,6% de ciberbullying, esta situación dura más de un año. Además, en el 75,4% de los casos de acoso presencial y en el 64,4% del ciberacoso, la frecuencia es diaria.

Sobre el tipo de acoso, han aumentado las agresiones físicas "leves" (empujones) de un 22,6% en 2016 al 47,8%; los insultos de un 71% al 78% en 2017, y el aislamiento de un 29,7% al 40,9%. En tres cuartas partes de los casos, el motivo principal es que la víctima es "diferente" ya sea porque saca mejores o peores notas, porque es el mejor o el peor en gimnasia, por su orientación sexual o características físicas. Igualmente, influye la propia agresividad de los acosadores que buscan "divertirse" con estas acciones.

En el ciberbullying, el whatsapp es el medio más habitual para realizar el acoso (en el 76% de casos), seguido por las redes sociales (48%). Asimismo, en estos casos, se advierte un aumento de la proporción de agresores organizados en grupos de 2 a 5 personas. Estos grupos de acosadores han pasado de representar el 36,7% en 2016 al 55,5% en 2017.

Atendiendo al perfil de la víctima de acoso escolar presencial, es el de un varón (53,2%) de 10,9 años. Mientras, en el ciberbullying, la mayoría de las víctimas son mujeres (65,6%) y la edad media asciende hasta los 13,5 años, aunque comienzan a sufrirlo en torno a un año antes. Por su parte, el agresor suele ser cinco meses mayor que la víctima de media.

El estudio constata un descenso en la edad a la que los alumnos empiezan a sufrir ciberacoso (12 años y 9 meses en 2015; 12 años y 2 meses en 2017), algo que achacan al cada vez más temprano uso del móvil por parte. Asimismo, el 90% de las víctimas tienen problemas psicológicos como ansiedad, síntomas depresivos o miedo permanente como consecuencia del acoso. Asimismo, el 14% cambió de centro educativo, aunque los autores del estudio advierten de que esta medida no fue efectiva en un 80% de los casos, ya que el acoso traspasa los muros del colegio.