Sergio Fernández es su nombre real pero hace veinte años que hace reír con el sobrenombre de "El Monaguillo". Es el humorista malagueño que desde hace cinco temporadas se ha convertido en uno de los colaboradores de Pablo Motos en el popular programa "El Hormiguero". Este viernes traerá al teatro Afundación de Vigo su espectáculo "Solo lo veo yo?" (21.00 horas), que tras una gira por España recalará en el teatro La Latina, de Madrid.

- ¿Fue monaguillo alguna vez?

-No, no he sido monaguillo nunca, pero era el más joven cuando entré en la radio, en Onda Cero, y era el que metía jaleo, así que me pusieron ese sobrenombre y no he podido desprenderme de él. Veinte años después sigo y espero seguir por lo menos otros veinte más.

- Trae a Vigo un espectáculo que se presenta como una antología de sus mejores monólogos.

-El espectáculo es una evolución de lo que hacía antes, en el que añado las cosas que más le han gustado a la gente de mis monólogos en los veinte años que llevo en los escenarios, primero en bares y luego en salas y teatros. Además, yo quería hacer algo especial, así que interactúo con el público, me bajo a la platea y hablo con ellos, como hacía en el programa de radio nocturno de "La parroquia". Es un poco Isabel Gemio en "Sorpresa, sorpresa". También hago un regalo a los niños al principio porque es un espectáculo familiar. Y sigue siendo mi humor basado en la nostalgia y en distorsionar la realidad más cercana, sobre todo la más agradable. La respuesta ha sido brutal y espero que en Vigo la gente se lo pase pirata.

- ¿Ha estado alguna vez en Galicia? ¿Cómo le ha ido?

-Ya estuve con "El Club de la Comedia" y lo recuerdo muy bien. A mí me sorprende porque veo que la gente me espera con mucho cariño y ese show tampoco se lo esperan, ocurren cosas que hacen que cada noche sea diferente. Hay un aliciente de peligrosidad pero la gente se involucra y hace que quieras repetir y ver cómo se lía la próxima vez. Esto es lo que quería hacer, no hay nada agresivo, no hay política, no hay sexo, solo hay diversión pura y dura.

- ¿Es más difícil hacer comedia para todos los públicos que solo para adultos?

-Es mucho más complicado satisfacer a todo el mundo que irte a un público en concreto, a un público joven, más gamberro. Lo otro lo hice durante muchos años. pero este espectáculo es más blanquito para poder acceder a todo ese público que quería verme en el escenario a raíz de mi participación en "El Hormiguero".

- Incluso su humor más convencional ha provocado quejas de feriantes de Barcelona. Y luego llegó la polémica con Rober Bodegas y la denuncia de Sociedad Gitana a uno de sus monólogos, ¿qué le parece todo lo que está ocurriendo?

-En mi caso hubo una confusión, porque yo me refiero en mi monólogo a las ferias de mi infancia, hace cuarenta años, y hubo una interpretación de un colectivo que creía que hablaba del presente. Mi ejemplo no es comparable y no llegó a ningún sitio, pero todo el mundo tiene un Twitter o algo para censurar o criticar. Rober Bodegas es un amigo que respeto, un gran humorista que lleva muchos años trabajando. Yo defiendo a cualquiera que tenga la inteligencia suficiente para hacer humor de algo que es duro y que nos haga pensar. Ya lo hicieron los Monty Python hace 40 años con "La vida de Brian" . Se metieron en un terreno que era intocable e hicieron una obra maestra. Pero eso no quita que no estoy a favor de agredir a ningún colectivo de ningún tipo. Tenemos que buscar un término medio en el que podamos hacer humor de lo que tenemos alrededor sin miedo pero tratando de no ofender a nadie.