Los obispos venezolanos explicaron ayer al papa Francisco en una audiencia en el Vaticano la crisis política, económica y social que vive su país, con elevados niveles de pobreza y hambre, una "situación inédita" que preocupa y entristece a la Iglesia. En rueda de prensa, el presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, José Luis Azuaje Ayala, dijo que comentaron al papa los problemas del país, que ha pasado "de una realidad de construcción democrática a una realidad de mucha deficiencia en el ámbito democrático, donde se ha querido instaurar un sistema político totalmente distinto al que está en la Constitución vigente".

"Yo sé que ustedes están cercanos a su pueblo y yo les pido... no se cansen de esa cercanía... Y gracias por la resistencia", dijo el pontífice a los obispos durante el encuentro, informó la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) en su perfil de la red social Twitter.

Hablaron de la situación que sufren muchos presos políticos y remarcaron asimismo que una de las mayores lacras que sufre el país es el hambre, "que muchos niegan e incluso la disfrazan", pero también la elevada inflación, "que deteriora cualquier margen de ganancia que pueda tener un trabajador y que ha tenido como consecuencia el desabastecimiento y la especulación", así como el deterioro del sistema de salud.