En una casa cualquiera de una ciudad gallega, un usuario de Movistar llega a casa después de un día fuera y repara en una luz intermitente en su teléfono fijo: tiene una llamada perdida. Al comprobar el número que le ha llamado, el 000000000, un escalofrío recorre su cuerpo: ¿Quién está detrás de ese número misterioso? ¿Alguna banda criminal que quiere averiguar si la casa está vacía para desvalijarla u okuparla? ¿No quedamos en que está prohibido por ley que las empresas que nos bombardean con ofertas comerciales oculten sus números?

La explicación a esta inquietante escena, que parece sacada de una película de David Lynch, es sencilla y algo tranquilizadora, aunque a más de un usuario le ha causado un lógico enfado: Movistar, el operador líder en España tanto en móviles como en fijos, ha dejado de ofrecer gratuitamente el servicio de identificación de llamada en las líneas fijas. Salvo que el titular active ese servicio, pagando 2 euros más al mes, no podrá saber si quien le llama es una compañía que le quiere vender un seguro o su pareja. Verá los misteriosos 9 ceros, salvo que haya guardado previamente en la agenda del teléfono fijo los números que le llaman, algo bastante poco habitual.

Otra posibilidad es que quien nos llame tenga desactivada la restricción de identidad de llamante, pero eso también es poco frecuente entre los particulares e imposible en las empresas comerciales.

Este cambio en las condiciones del servicio ha sido de "letra pequeña" en las facturas, que en muchos casos son electrónicas y no se suelen consultar, por lo que un gran porcentaje de usuarios ni se han enterado de que les iban a cancelar el servicio de identificación de llamadas que hasta ahora venían disfrutando gratuitamente, y que les permitía distinguir entre números conocidos y aquellos dispuestos a vendernos cualquier cosa a horas intempestivas. Se verán obligados a responder a la llamada, con la consiguiente molestia, o apuntarse a la Lista Robinson para librarse del spam.

Aunque la medida se puso en marcha el pasado 19 de abril, su implantación ha sido progresiva. También Vodafone -que comenzó en 2015 cobrando un euro- y Orange exigen dos euros al mes por el servicio. Solo Yoigo y MasMóvil lo siguen ofreciendo gratuitamente.

La propia Movistar señala que el servicio de identificación de llamadas no se incluye en ninguna tarifa: da igual si se ha contratado el paquete más premium de Fusión, con todos los canales de pago y varias líneas móviles, y se pagan 180 euros al mes: los dos euros no los perdonan.

¿Es la ley del mercado? Los teléfonos fijos resultan cada vez más redundantes en los hogares, por lo que utilizarlos para exprimir aún más a los clientes puede que no sea una buena idea a largo plazo.