El pasado agosto se hacía pública la noticia de una niña británica de tres años de edad, Ophelia Morgan-Dew que, con un cociente intelectual (CI) de 171 puntos se convertía en la persona más joven del Reino Unido en entrar en la sociedad para superdotados Mensa. Pese a su elevada puntuación, superior a la de Albert Einstein o Stephen Hawkings, la pequeña comparte los mismos rasgos que el resto de niños con altas capacidades como una rápida comprensión y asimilación de conceptos, desarrollo de ideas propias a temprana edad, destrezas lingüísticas y matemáticas... en definitiva, una edad mental superior a la edad cronológica. Poseen una capacidad intelectual superior a la media -en Galicia se determinan las altas capacidades a partir de un CI de 130 mientras que la franja normal se sitía entre 85 y 115- pero pese a su potencial el 30 por ciento de ellos tiene fracaso escolar. Según los últimos datos del Ministerio de Educación, hay 1.580 menores con estas aptitudes en Galicia. Apenas constituyen el 2 por ciento de las personas potenciales con altas capacidades, que son el 8% de la población.

"El fracaso de un 30 por ciento es un porcentaje demasiado elevado porque son niños a los que no les falta capacidad por lo que las causas tienen que venir de otro lado, por desmotivación o la falta de ajuste del planteamiento curricular o con la falta de respuesta a sus intereses. En definitiva, son causas más externas que internas al propio niño", explica Carmen Pomar, directora de la Unidad de Atención Educativa en Altas Capacidades de la Universidad de Santiago de Compostela y presidenta del comité científico del I Congreso de Altas Capacidades que se celebrará el 14, 15 y 16 de septiembre en Santiago. El objetivo del congreso es dar a conocer iniciativas pioneras, experiencias personales de jóvenes talentos y, entre otras cuestiones, motivar a los docentes para desarrollar el potencial de sus alumnos, no solo de los que cuentan con un talento excepcional, sino todos los que están en el aula. El plazo de inscripción para inscribirse en la cita finaliza mañana, lunes.

Una de las mayores eminencias en el campo del estudio de las altas capacidades es el profesor Joseph Renzulli, de la Universidad de Connecticut, mentor de la propia Pomar. Renzulli inaugurará el congreso con una conferencia en la que hablará del modelo de enriquecimiento curricular, que junto a la flexibilización (el salto de curso de un alumno con altas capacidades) es una de las adaptaciones que pueden poner en marcha los centros educativos para fomentar el potencial de un niño. "Necesitamos que nuestros hijos no se pierdan por el camino, mucho talento se piede porque no se cultiva y no solo pierden nuestros hijos, pierde la sociedad", remarca Marisa Dequidt, vicepresidenta de la Asociación de Altas Capacidades de Galicia, que organiza el congreso. "Esto es una necesidad educativa, tampoco es que sea una desgracia pero tampoco es una bicoca como mucha gente piensa", recalca.

Enriquecimiento curricular

El enriquecimiento curricular, explica Pomar, consiste en aprovechar que en el aula hay un alumno con altas capacidades para enriquecer al resto de compañeros. Consiste en un planteamiento distinto en el que se trabaja a partir del interés de los alumnos con proyectos de investigación en los que los estudiantes cambian de roles a lo largo del curso. Así, en un momento coordinan y en otros son el secretario o quien busca la información o el material.

En Galicia hay once centros que trabajan oficialmente con este sistema aunque en realidad la cifra de los que lo aplican asciende a 25, un número todavía muy reducido, a juicio de Ángel Curras, profesor del colegio Eduardo Pondal, de Cangas, que desde hace cinco años trabaja con ese sistema en todos los cursos de Primaria y Secundaria, independientemente de que haya o no alumnos con altas capacidades.

"El profesor en el aula tiene presente si los hay al igual que también tiene en cuenta si hay alumnos con TDAH o Asperger o cualquier otra necesidad educativa pero el objetivo es trabajar en la inclusión y que todos estén muy motivados para que puedan desarrollar todo su potencial", explica Currás, que participará también en el congreso.

"La clave es trabajar con los intereses de los niños, que se entusiasmen con el proyecto"

"Es muy fácil que en una clase de veinte alumnos tengas uno o dos con altas capacidades porque es un campo muy amplio, no solo son estudiantes con habilidades en matemáticas, puede ser un alumno muy motivado y con ganas de aprender muchísimo de cualquier cosa", explica Ángel Curras, docente en el colegio Eduardo Pondal, donde se aplica el enriquecimiento curricular. "La clave es trabajar con los intereses de los niños. A saber qué saldrá este año, no tenemos ni idea. Puede ser el origen de la lengua, como ocurrió en 2º de ESO el año pasado, o los Pokemon. El caso es que se entusiasmen con el proyecto y la parte emocional es fundamental", indica. A partir de ahí, explica, "el trabajo del profesor es introducir herramientas de evaluación, estándares de aprendizaje, los objetivos de cada etapa, integrar todo lo que la Xunta pide a nivel curricular. Y lo hacemos combinando varias asignaturas como literatura, gallego, plástica, tecnología...". "El feed back es muy bueno, ellos se entusiasman y en cuanto los ves ellos te arrastran a tí, no tienes que tirar tú de ellos".

"Queremos inclusión para todos los colectivos, y eso es lo que pedimos también para nosotros"

"Hablamos de inclusión para todos los colectivos, y eso es lo que pedimos para el nuestro también", subraya Marisa Dequidt, vicepresidenta de la Asociación de Altas Capacidades de Galicia. Tiene un hijo de 16 años al que le identificaron altas capacidades en cuarto de Primaria. "Nunca ha tenido una adaptación curricular, si esto lo dices de cualquier otra necesidad educativa la gente se echaría las manos a la cabeza pero como son altas capacidades piensan que como es listo no le hace falta, pero por eso muchos se quedan por el camino", señala. Otra de las reivindicaciones del colectivo,que también se tratará en el congreso de Santiago, es que se unifique el baremo para establecer las altas capacidades ya que en Galicia está en 130 de CI pero en otras comunidades es de 120 e incluso hay países que lo fijan en 115 puntos. "Queremos evitar que si un alumno tiene adaptación curricular por altas capacidades en una comunidad, que no las pierda si tiene que cambiarse a otra donde el baremo es distinto", señala.

"Hay una línea muy difusa entre las altas capacidades y trastornos como el déficit de atención"

La Unidad de Atención Educativa en Altas Capacidades de la USC que dirige Carmen Pomar realiza, entre otras cuestiones, las pruebas que identifican las altas capacidades. "Hay dos tipos de señales, tempranas y tardías, en función a la edad en la que aparecen. Las primeras se ven ya en educación infantil y las tardías es mejor que no aparezcan porque tienen que ver con fracaso escolar, desajustes en el aula, malas relaciones sociales o que tienen diagnósticos diferentes", explica Pomar, que recalca que no es infrecuente confundir en un alumno altas capacidades con TDAH (Trastorno de déficit de Atención e Hiperatividad) o incluso TEA (Trastorno del Espectro Autista). "Las manifestaciones conductuales y comportamentales coinciden, niños que se aburren en clase, que no están atentos, que se mueven mucho, que llaman la atención... Hay una línea muy difusa entre una cosa y la otra y por eso cuando llegan a la unidad con diez años llegan con otros diagnósticos. Y a veces también hay doble excepcionalidad, que es que tienen las dos cosas", apunta.