Juan Rivas cosechó un modesto éxito con esta canción típicamente estival, gracias a sus acordes de bossa nova y a su letra desenfadada, y que fue seleccionada en el recopilatorio veraniego "Caribe 2002". Formaba parte del álbum "Devenir del paraíso", y era un magnífico ejemplo del electro-latino que hizo suyo el músico y cantante vigués. Lo interpretó en algunas galas televisivas con Pablo Novoa (ex Golpes Bajos y músico también habitual de Iván Ferreiro) a la guitarra.