La Feira dos Cabalos de San Bartolomé de Rebordáns (Tui) que se celebra desde tiempo inmemorial con motivo de las fiestas en honor a este santo que "quita los miedos", concedió ayer el mayor protagonismo a la hípica con el desarrollo, por vez primera en su historia, de una exhibición de partidos en un torneo triangular de horseball, deporte ecuestre que combina el rugby con el baloncesto, en una descripción resumida.

Mientras en la antigua iglesia parroquial de San Bartolomé don Avelino Bouzón presidía la misa solemne y posterior procesión, con himno nacional incluido, en el recinto de la Feira se desarrollaba el torneo, seguido por numeroso público. David Alonso, monitor del Club Hípico La Muralla, de Redondela, describió que un total de 12 amazonas menores de 14 años participaban por vez primera en Tui en el triangular, con tres equipos, diferenciados por los colores, azul, blanco y rosa. "Recuerdo que me contaron como hace unos 15 años se hizo aquí la primera presentación de este deporte".

Aficionados del mundo caballar paseaban por el amplio recinto donde hubieron paseos en poni para el público infantil, ofrecidos por el Club Hípico Equigalia, promotor de estas actividades. Luis Pimentel, su director, comentó las numerosas inscripciones anotadas para participar en la posterior gimkana "con dos recorridos paralelos y jinetes que traen sus propios caballos", describió. Este Club está presente también en la Feira dos Cabalos que se celebra en San Telmo y por su experiencia valora "la afición hípica que está creciendo en Tui". Ya no es un deporte para la elite de la sociedad, "pues la iniciación es económica, asequible y popular". Su esposa Elvira Crespo, también del Club, informó que incluso se está valorando la posibilidad de impartir clases extraescolares de hípica. Actualmente se organizan visitas de alumnado donde "los niños y niñas ven los cuidados y el manejo de los caballos".

Según pudo saberse, en esta cita anual puede adquirirse un caballo entre 500 y 1.000 euros. Tratantes hablaban de sus cosas, junto a los ejemplares a la venta.

El pulpo á feira fue el rey indiscutible para cientos de comensales que a media mañana llenaron las carpas de degustación. Vendedores de rosquillas y artículos para hípica y para ganado, también acudieron.