La presidencia de Ignacio Núñez Gallego cristalizó en cuatro intensos años del Real Club Celta de Vigo; entre ellos la temporada 92/93 en la que el equipo emprendió una aventura en la élite del fútbol español y, para algunos, de las mejores épocas de la historia celeste. La crisis de los avales que siguió a su destitución fue el contrapunto, junto con el agridulce recuerdo de aquella final de Copa del Rey en el Calderón, ante el Zaragoza, cuya derrota por penaltis quedó incrustada en la memoria del celtismo. Pero luego afrontaría otra singladura profesional al frente del grupo Núñez Motor, de su propiedad. Y ahora, ya prejubilado, sigue en el candelero en eventos como el que hoy arranca en Panxón: el VII Campeonato de Mus Núñez Motor, que se extenderá hasta el jueves.

-¿Cómo es su día a día, ya retirado?

-Desde que dejé el Celta y me prejubilé, vivo ¡como cuando tenía 30 años! Hago lo que me apetece: juego al dominó y al mus, comparto más ratos con mis amigos y tengo mucho más tiempo también para estar con toda mi familia... En general, creo que estoy mucho mejor.

-¿Se encuentra con energías renovadas?

-Lo cierto es que me cuido. No bebo, no fumo, hago deporte... y eso un poco se nota. La verdad es que no me encuentro como a los treinta, pero los años que tengo los llevo bien. Me siento con energía y todos los días camino unos diez kilómetros, lo que te mantiene un poquito en forma.

-¿Solo un poco?

-Está claro que los años no perdonan; están ahí. Y las goteras siempre aparecen... aunque unas veces son más grandes que otras. He de reconocer que me siento tan bien sin una agenda llena de compromisos y reuniones a todas horas, que ahora mismo no querría ser presidente ni de la comunidad de vecinos.

-¿Sigue siendo abonado del Real Club Celta?

-Tengo cinco carnés en este momento. En mi familia somos todos abonados del Celta.

-¿Tiene fe en el actual equipo?

-La fe es lo último que se pierde... (Risas) Claro que tengo fe. Es cierto que no jugamos muy bien y la formación ya no es la misma del año pasado porque ha habido muchas bajas y hay que adaptarse otra vez a hacer un nuevo equipo, lo cual lleva tiempo. Aún así, confío en la plantilla de buenos jugadores y espero que siga el mismo camino que en años anteriores.

-¿Cómo ve a la directiva?

-Dije desde el principio y ya en más de una ocasión que la labor que está haciendo Mouriño a mí me convence. Estoy plenamente de acuerdo con su trabajo; lógicamente, aunque tenga algunos fallos. Pero los resultados están ahí y los éxitos apuntan a la buena dirección de Carlos Mouriño.

-Las notables diferencias entre el Concello de Vigo y los planes futuros del Club, ¿empañan la imagen del Celta?

-Sí. Efectivamente, se podrían evitar esos roces. No es bueno para el Club, ni para la ciudad, ni para nadie. Creo que con reuniones, hablando y poniendo por ambas partes, se podrían evitar. Pero confío en que se pondrán de acuerdo y se solucionará.

-Cambiando de tema y aprovechando su experiencia en el ámbito del motor... ¿Cree que es merecida la demonización del diésel que se está haciendo? ¿Qué pasará en la industria del automóvil?

-El diésel no va a desaparecer, pero lo están cambiando para que los motores emitan mucha menos contaminación y se adapten a los baremos que fija la Unión Europea. Probablemente los coches diesel antiguos se irán retirando poco a poco...

-Una fácil: ¿cuál es su coche preferido?

-Luego de tantos años en el mundo del motor, me gustan todos. Eso sí, me gustaría que hubiese la mitad de coches y fueran todos Citroën.

-Arranca en Panxón el Campeonato de Mus que usted organiza. Muchas destacadas personalidades lo practican. ¿De dónde viene su historia con este deporte?

-Mis amigos jugaban al mus y participaban en torneos, así que un día me propusieron hacer uno. Un día me animé a hacerlo con ese sentido: para mis amigos. ¿Qué pasó? El caso es que empezó a crecer, se apuntó muchísima gente y cuando me quise dar cuenta ya no había marcha atrás posible. El próximo año, el número de inscritos aumentó; también en la edición siguiente creció la participación. Así que seguimos.

-Las mujeres también tienen gran protagonismo en los campeonatos.

-Sí. Cada vez hay más. Se podría decir que hoy participan tanto como los hombres. De hecho, mi mujer también está jugando. El éxito obligó a hacer más. Estoy satisfecho de haberme metido en esto por la reacción de la gente, que es muy estrecha. A veces te comentan que es el mejor torneo de Galicia y eso te anima.

-¿Requiere mucho trabajo de organización?

-Sí, aunque este año la presidenta de la Asociación de Mus Rías Baixas-MAR, June Pike, se encarga de la organización. Otro amigo lo hizo el año anterior, porque hay muchísimas cosas que cerrar para tres días y hay que tenerlo todo bien previsto, pero sarna con gusto no pica. También se hace una cena con baile en el Pazo da Touza el último día a la que también asiste mucha gente. Es un lugar acogedor cerca de la playa y de ahí mi interés todos los años.

-¿Usted también competirá en el torneo?

-Yo también participo. Pero aunque lo he decidido, tengo que reconocer que a estas alturas aún no tengo compañero o compañera... tendré que buscarlo o que me quedaré fuera.