Pasadas las dos de la tarde y finalizada la ofrenda floral en el santuario de la patrona de la provincia, las peñas de aficionados llenaron de ambiente distintas calles del centro histórico, en donde cientos de taurinos daban inicio a un largo día de fiesta.

Menos, pero con muchas ganas de fiesta, fueron los aficionados que se acercaron al coso de San Roque para ver a tres auténticos ídolos en Pontevedra: Diego Ventura, Antonio Ferrera y El Fandi. Casi se llegó a los tres cuartos de entrada, una cifra un tanto inferior después del gran estreno de la feria de la Peregrina el pasado domingo, con los tendidos casi llenos para recibir a El Juli, Manzanares y Roca Rey.

Eso sí, en Sol volvió a reinar el color, la música y la fiesta gracias al buen humor de las peñas taurinas, que parece que antes de ir a la plaza se dieron un paseo por la Alameda y se llevaron más de un premio de las barracas de feria, porque mostraron todo tipo de peluches y muñecos.

Buena noticia es también la gran cantidad de gente joven que acude a la plaza pontevedresa, síntoma de la buena salud de la que goza la tauromaquia en la Boa Vila y de que hay futuro para mantener viva una tradición que ha cumplido ya la friolera de 126 años.

Todos ellos suplieron con su ingenio y alegría la ausencia de personajes famosos en los tendidos. Ni siquiera en el palco de autoridades se sentó algún político, previsiblemente porque tendrían otros compromisos sociales por la noche, llena de actos por el inicio de las fiestas de la Peregrina.

El espectáculo de Diego Ventura sirvió para calentar la tarde. El rejoneador demostró por qué es el número uno del toreo a caballo, ofreciendo todo tipo de adornos a lomos de sus corceles (trajo una docena a Pontevedra). Ferrera volvió a conquistar al público, aunque no gustó su negativa a poner banderillas, algo que arregló El Fandi, brindándolas al público y arrancando grandes ovaciones.

El nuevo presidente, el comisario Pablo Álvarez Montesinos, se mantuvo en la misma línea de su debut del pasado domingo: muy estricto y serio a la hora de otorgar triunfos a los matadores.

"Me dijeron que esta noche había barra libre en tu bar", le decía un peñista a otro. Y es que la gente pensaba ya en disfrutar de lo que vendría después de los toros y en que hoy toca despedir por todo lo alto la feria de la Peregrina.