Dos décadas lleva ya Julián López "El Juli" en los ruedos y parece que fue ayer cuando aquel niño de 14 años decidió viajar a México para cumplir su sueño de ser novillero, algo que en España, por su corta edad, no podía hacer. Ahora, con 34 años (cumplirá 35 en octubre), asegura haber madurado mucho en su forma de entender la tauromaquia, pasando de la obsesión por abrir la puerta grande de cada plaza que pisaba a buscar su toreo más profundo, más íntimo y personal, ese que parece que no conecta con las masas, pero que transmite verdad en cada muletazo.

Ayer no fue su mejor tarde en Pontevedra, una plaza que lo respaldó desde el primer día, allá por 1999, cuando se estrenó en el coso de San Roque con apenas 16 años para revolucionar a una afición que siempre lo espera con los brazos abiertos.

Este año está yendo bien para el diestro madrileño, que fue galardonado con el premio a la mejor faena en la feria de San Isidro gracias a un toro de Alcurrucén, a los que también se enfrentó ayer en la ciudad del Lérez.

-¿Qué balance hace de cómo está yendo la temporada actual?

-Estoy contento. Los toreros siempre queremos más, pero el hecho de que cumpliendo 20 años de alternativa haya tenido dos triunfos tan importantes como el de Sevilla, donde indulté un toro, y en Madrid, donde me otorgaron el premio a la mejor faena de la feria, me llena de orgullo y satisfacción.

-Como dice, fue galardonado con la mejor faena de San Isidro de este año. ¿Cómo la recuerda?

-Fue muy especial porque fue un toro de Alcurrucén bravísimo, rozando lo fiero, y desde el principio tuve que entregarme al cien por cien, lo que hizo que la gente tambien se entregara. Fue emocionante ver a la plaza de Madrid vibrar así conmigo; inolvidable.

-Es uno de los toreros más queridos en Pontevedra. ¿Esta ciudad es sinónimo de triunfo para usted?

-Me encanta Pontevedra, la siento como mi casa, la gente es entrañable. Llevo viniendo a torear desde hace 20 años, me han visto crecer desde ser un niño hasta el hombre que soy hoy. Siento que la gente me quiere, y eso es reciproco.

-En la tarde de ayer compartió cartel con Andrés Roca Rey, que esta temporada está liderando el escalafón con solo 21 años. ¿Hay futuro en la tauromaquia?

-Andrés está intratable, triunfa todos los días, me ilusiona y a la vez me motiva torear con él. Obviamente, he hecho todo lo posible por triunfar y no dejarme ganar la pelea, ha sido una tarde apasionante. En cuanto a si hay futuro en la tauromaquia, claro que hay futuro, Roca Rey es la prueba.

-Que los jóvenes vengan pisando fuerte, ¿le recuerda a sus inicios?

- Totalmente. Y además es que así debe ser. Cuando yo empezaba, mi única obsesión era triunfar y salir a hombros, que es lo que tienen que hacer los jóvenes, luego ya el tiempo y la estabilidad te tranquiliza, te hace perfeccionar cosas y sacar el mejor toreo que llevas dentro. Pero al principio hay que apretar y apretar, ganar, ganar y volver a ganar, como decía Luis Aragonés.

-En Las Ventas triunfó con Alcurrucén, en Pontevedra suele torear reses de esta ganadería... ¿Cómo la definiría?

-Es una gran ganadería. No es fácil, por lo brava y encastada que es, pero da grandes triunfos. Mi faena de este año en Madrid se puede hacer con pocos toros, no hay muchos que la puedan aguantar; hay muy poquitas ganaderías que te puedan ofrecer ese toro, y Alcurrucén es una de ellas.

-Pontevedra es prácticamente la única ciudad gallega que mantiene festejos taurinos. ¿Está en peligro la fiesta?

-Yo creo que no, porque creo en la libertad, creo en el respeto, creo en la democracia y no creo que nadie pueda imponer su voluntad a nadie. La fiesta tiene muchos seguidores y se merecen el mismo respeto que aquellas personas a las que no les gustan, a las cuales las respetamos.

-¿Qué consejo o mensaje de ánimo enviaría a los aficionados a los toros de Pontevedra frente al aumento de las voces antitaurinas?

-Pues les digo que vayan a los toros sin complejos, que respeten a quienes no les gusten los toros, pero que no se dejen intimidar por quienes quieran imponerles su voluntad sin respetarles. La fiesta es un arte precioso con infinidad de valores que debemos potenciar y sentirnos plenamente orgullosos de ellos: Respeto, trabajo, superacion, valor, entrega, armonía, belleza y un sinfín de cosas más.