Los pacientes con cáncer son los que sufren mayor riesgo de ceder ante estos llamamientos, emitidos sin aportar ninguna base científica y que en algunos casos responden a motivos económicos pero en otros el objetivo es simplemente "crear alarma y caos". "No hay nada que los sustente, ninguna base científica pero enseguida logran mucha difusión y las autoridades sanitarias no son capaces de reaccionar a tiempo", explica Ricardo Mariscal, responsable de Relaciones Institucionales del observatorio #Saludsinbulos.

La plataforma surgió precisamente por ese motivo, para actuar con rapidez ante la propagación descontrolada de informaciones médicas falsas. Nació en febrero de 2017 tras las controvertidas declaraciones del presentador Javier Cárdenas, que alimentaba uno de los bulos sanitarios más graves, el que vincula las vacunas con el autismo. "No hubo una respuesta inmediata ni coordinación ante esa consigna falsa que alimentan los antivacunas y que tenemos que desmontar una y otra vez", señala Mariscal, que recuerda que "esa teoría sin ninguna base científica está respaldada por un poderoso lobby en Estados Unidos y ya ha provocado este año un retroceso en las cifras de la campaña de vacunación".

Los personajes públicos como Cárdenas, indica el portavoz de #Saludsinbulos, llegan a una gran audiencia y sus llamamientos pueden ser muy perjudiciales para la salud. No es el único. Mariló Montero también causó estupor entre la comunidad científica tras asegurar en enero de 2015 durante uno de sus programas que oler limón previene el cáncer. Y no era la primera vez. La polémica presentadora también llegó a decir que "no está científícamente probado que el alma no se transmita en un trasplante".

"También circula en las redes sociales otro bulo que sostiene que el cartílago de tiburón sirve para prevenir el cáncer y no solo no hay base científica para afirmar eso sino que se han detectado tumores en los tiburones", remarca Ricardo Mariscal.

En ocasiones los bulos se quedan en una anécdota pero muchas de las informaciones falsas resultan fatales para los que confían en su credibilidad. Entre ellas, están las pseudoterapias "milagrosas" que se ofrecen como alternativa a la medicina para curar enfermedades graves. Así, el mes pasado se conoció la dramática muerte de una mujer joven en Girona por cáncer de mama que había renunciado al tratamiento convencional y que tras someterse a técnicas alternativas acudió a urgencias con un pecho "totalmente putrefacto", según denunció el oncólogo que la atendió en el hospital.

Alrededor del cáncer es donde se encuentran la mayoría de las informaciones falsas -para las que se ha popularizado el uso del término anglosajón fake news- pero Mariscal recuerda que hay otros muchos bulos sanitarios que hacen referencia a medicamentos, nutrición y otras dolencias. "Queda todavía mucho por hacer. Un tercio de las noticias sobre salud que hay en internet son falsas y tenemos que concienciar no solo a los pacientes sino también a los profesionales sanitarios de estar atentos y saber distinguir las noticias reales de las que no lo son, hay que contrastar porque algunos bulos tienen una base real pero a partir de ahí se exagera y se convierte en mentira", afirma Mariscal.