A la Festa do Carneiro ó Espeto ya no hay quien la frene. Ni la amenaza de lluvia ni los últimos coletazos de la crisis impidieron que se reunieran miles de personas en torno a una cita ineludible, que en 2019 cumplirá sus Bodas de Oro. Si en años anteriores habían caído las reservas por la crisis, en su 49 edición se ha tenido que cerrar antes el plazo porque ya no había espacio suficiente en la Carballeira de Santa Lucía. Así lo explicó Suso García, que lleva casi 40 años al frente del asado oficial. En torno a las brasas, preparadas desde las seis de la mañana, se asaron esta vez 175 carneros, entre los 150 que se degustaron en la propia fiesta y los encargos de particulares.

"Esto se está volviendo loco otra vez. Hubo que cerrar el plazo antes de tiempo porque si no la carballeira no da para más", decía el veterano cocinero, aunque estaba visiblemente satisfecho con el gran ambiente que se vivía ayer en el municipio. En el recinto, unas carpas protegían las 150 mesas que se habían instalado ante el riesgo de lluvia. Nada iba a empañar el día grande de Moraña.

Una docena de cocineros, bajo las instrucciones de Suso García, emplearon unas siete horas para preparar los carneros, que comenzaron a servirse en la carballeira en torno a las tres de la tarde. "Lo de todos los años pero que a la gente le gusta, sino no seguirían viniendo", como apunta Suso García.

Pero no fue el único espacio en el que se degustó el carneiro ó espeto, pues muchas mesas, organizadas de forma privada y en los locales de restauración de los alrededores, se dispersaban por varios puntos del municipio.

Aunque toda la jornada estuvo nublada, la lluvia respetó la celebración, pues apenas chispeó en algunos momentos del día. La buena temperatura invitó a sentarse durante horas a la mesa para disfrutar del asado, acompañado de empanadas, pulpo, vinos y postres.

La comida popular reunió en torno a 3.000 personas en la carballeira, pero la jornada atrajo a numerosos curiosos desde muy temprano. La preparación se realiza lentamente, en torno a unas brasas hechas con madera de carballo, con los carneros abiertos en canal y anclados a una doble cruz de hierro. Se calcula que cerca de 10.000 personas estuvieron ayer en Moraña para disfrutar del día grande de su fiesta más emblemática. En el capítulo de personalidades, asistieron la presidenta del Congreso, Ana Pastor; el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y la directora de Turismo, Nava Castro, entre otros, que estuvieron acompañados por la alcaldesa, Luisa Piñeiro, y conversaron con los cocineros que estuvieron preparando el asado desde las primeras horas de la mañana.