Manuel M. Velasco (Madrid, 1976) es el autor y el director de la comedia "El funeral", un montaje teatral creado a la medida de su madre, la actriz Concha Velasco, a la que da la réplica sobre el escenario Antonio Resines, apartado ahora de la función por motivos de salud.

-Me había dicho antes que le llamara ahora.

-Sí, es que antes estábamos ultimando los ensayos. Ya sabe que Antonio Resines tuvo una lesión en una pierna, que le tuvieron que operar. Tiene un posoperatorio complicado.

-¿Y su sustituto es Jorge Sanz?

-Fíjate: son dos personas totalmente diferentes, no tienen ni la misma edad, pero los dos remiten a ese cine español de los ochenta. Hacen de Alberto Luján, un representante a la antigua; un chuleta vacilón madrileño. Tanto Resines como Sanz remiten al Tony Leblanc de "Las chicas de la Cruz Roja". En ese sentido, Sanz da el papel.

-Estrenaron en abril y vuelven ahora a la sala de ensayo.

-Reestrenamos después del parón veraniego: nuevo actor... Estamos un poco nerviosos. ·"El funeral"es una comedia disparatada que va de los hermanos Marx a los hermanos Zucker, los de "Aterriza como puedas". Lo que buscamos es la carcajada, que la gente se ría sin parar.

-Leí por ahí que le asocian con Tono, Jardiel Poncela...

-Si algún crítico ve algún paralelismo entre lo mío y Mihura, pues, qué quiere que le diga... pero no voy a ser yo quien lo diga. En todo caso, estoy muy honrado. Mis referentes son las comedias locas americanas. Todos hablan de "Con faldas y a lo loco", yo prefiero "El jovencito Frankenstein" o las de "Aterriza como puedas".

-Vaya.

-Lo que reivindico es la parodia. "El funeral" lo es: de "El fantasma de la ópera" o de "Sunset Boulevard".

-Y va y mata a Concha Velasco.

-Desde el primer momento. Se llama Lucrecia Conti, que es el nombre que le quisieron poner a Concha Velasco cuando empezó a trabajar. Ella dijo: "No, no... Conchita Velasco". El público llega al teatro donde se celebra el funeral de Lucrecia, puede subir a escena, rendir homenaje... e, inmediatamente, aparece el fantasma de la propia Lucrecia y empieza el cachondeo. El público no va a parar de reír, lo garantizo.

-Últimamente, su madre se movió por tragedias tan graves como "Reina Juana" o "Hécuba"

-Ella es muy de desmelenarse, tenga en cuenta que la mayor parte de sus películas las hizo con los directores Pedro Lazaga y Mariano Ozores. En el teatro se ha movido por los dramones, pero es que lo que estaban haciendo los directores que la han llamado. Lo que escribí es una versión exagerada de la Velasco: todo se lleva al límite. Lo que hace Concha Velasco es reírse de sí misma.

-¿Y cómo se la dirige?

-Lo único que hago es explicarle la obra: soy yo quien mejor la conoce, a fin de cuentas la escribí yo mismo.

-Pero, vaya, que no deja de ser su madre, ¿no?

-Hay que saber separar cada ámbito. Y nos sale bien.

-Usted viene del teatro alternativo y ahora asciende a la Champions, ¿no?

-La idea original de "El funeral" fue un microteatro: unas hijas reciben unas cartas de la madre muerta y las escuchan en off y no lo entienden. Pero, vamos, antes de esta obra estuve con la comedia romántica "El tren de las 22.27", que estuvo un año en cartel. Lo de Pentación da vértigo: me han dejado trabajar con mi equipo, no me han puesto un pero con el reparto.

-¿Queda mucho teatro por delante?

-Vamos a estar con "El funeral" hasta 2020.