La cantidad de actividades que se pueden hacer durante un verano son cada vez mayores y más dispares. Una muy habitual es volar. Asociamos los vuelos con irnos de viaje a otro lugar, de una forma rápida, con colas, vistas a una pequeña ventana, equipajes pesados, pero... ¿Y si volásemos de una forma relajada y ligera disfrutando del paisaje?
En un globo aerostático eso es posible. En Vigo existe la iniciativa de VigoGlobo. Esta singular manera de pasar una jornada veraniega tiene su interés en la tranquilidad que ofrece, la vista completa del paisaje gracias a los 360º grados y el ritmo lento del viaje.
"Permite digerir mejor el paisaje si lo comparamos con otros medios de transporte" asegura Fon Lubián, el operador de la empresa. Con su lentitud también se permiten realizar reportajes fotográficos de gran calidad, ya que se vuela a unos trescientos metros de altura y no hay movimientos bruscos dentro del globo.
Se vuela desde Mondariz, Tui y Baiona, pero debido a los vientos fuertes, en los dos últimos municipios se hacen mucho menos. Suelen hacerse en Mondariz gracias a los vientos flojos y la ausencia de nieblas, Lubián asegura que "no podemos arriesgarnos a que haya un temporal" y que son muy estrictos con las condiciones climatológicas.
Afirma también el operador que la temporada alta es en verano, debido a las vacaciones, pero que realmente la mejor época es el inicio del invierno por las temperaturas suaves. "En verano pasas calor , aún yendo con manga corta" argumenta Fon.
Los viajes se hacen todos los fines de semana. El vuelo dura una hora, pero entre despegar, tomar un aperitivo, una entrega de diplomas conmemorativa a la experiencia y la entrega de las fotos, el total es de unas dos horas.
Asegura Lubián que este verano "no dan abasto", debido a la capacidad limitada de la cesta del globo, para unas siete personas. La cesta mide 1,30 metros de ancho por 2,60 metros de largo.
El viaje que más se repite en VigoGlobo es el del valle de Mondariz hasta Ponteareas, trayecto de unos ocho o diez quilómetros. En este peculiar viaje se puede apreciar todo el paisaje natural de la ruta.
A los viajes puede ir cualquier persona a partir de los 10 años, ya que se aconseja medir más de 1,20 metros de estatura -tamaño de la altura de la cesta-. El precio para estos viajes es de 180 euros por persona para los adultos y de 130 euros para los niños menores de 14 años.
