Estas actividades se desarrollan con la intención, en parte, de ayudar a aquellos padres y madres que trabajan por la mañana. De esta forma, los niños pueden quedarse "solos" o quedarse acompañados por sus padres, abuelos o tíos.

En cualquier caso, tal y como manifiesta María José, si los acompañantes deciden quedarse, tendrán que participar. El objetivo es la inmersión total del niño en la actividad, ya que ver a los padres merodeando cerca ajenos al taller o simplemente observándolos puede distraer a los pequeños.

"Quería ver la exposición y que ellos estuviesen con otros niños mientras aprenden", comenta una de las madres que siguió el taller durante la mañana. Señala también que sus hijos "ya habían venido con el colegio, pero quisieron repetir".

Curiosamente, se pueden encontrar a familias de extranjeros de vacaciones aprovechando la mañana en el Marco. María, que llega con sus dos hijos de Francia, cuenta que vinieron a ver a la abuela, que reside en Redondela. Buscando en internet actividades para Daniel y Lea, dio con el Marco y decidió probar, quedándose tanto ella como su marido a dibujar escenarios fantásticos.

Del otro lado del Atlántico y un poco más allá, llega María, que nació en Vigo pero vive en Los Ángeles con su familia. Sus hijas, María Victoria y Sofía, siguen el taller, atentas.

Ambas familias manejan bien el castellano e incluso piden que se les hable en gallego, por lo que no hay problemas idiomáticos. María José señala lo enriquecedor de que estos niños se mezclen con los otros. "Les pedimos que señalasen dónde viven en el mapa", cuenta la monitora.