Los sanfermines de 2018 tocaron ayer a su fin con una jornada cargada de emociones, desde el veloz encierro que corrieron los toros de Miura, sin heridos por asta, hasta el "Pobre de mí" que la pasada medianoche despedió definitivamente las fiestas en la plaza Consistorial. A pesar de la campaña que lanzó el Ayuntamiento para prevenir y sensibilizar contra las agresiones sexuales, la Junta Local de Protección conoció ayer dos detenciones vinculadas a sendas denuncias por abusos sexuales, en concreto tocamientos.

Al margen de los incidentes producidos, en manos ya de las autoridades pertinentes, estos nueve días de fiestas con ocho encierros se caracterizaron por su limpieza y velocidad, el más rápido el de ayer, con una duración de dos minutos y doce segundos. La torada de Miura, ganadería legendaria ya con 52 encierros en Pamplona, corrió como suele hacer, desentendida de los mozos, aunque pese a ello se vivieron varios momentos de tensión y peligro.Tras una carrera limpia y compacta desde la salida de los corrales de Santo Domingo hasta terminar la calle Mercaderes, los toros chocaron contra el vallado de Estafeta, donde el que cerraba grupo cayó al suelo. A partir de ese momento, el animal se quedó separado de sus hermanos unos metros, y la torada, siempre liderada por toros, no por cabestros, comenzó a estirarse y abrió huecos que permitieron a los corredores acercarse a las astas.

El mayor peligro se vivió en Telefónica, donde uno de los Miura cayó al suelo contra el vallado derecho y sobre él dos de sus hermanos, empotrando entre los tres y los maderos a varios corredores. Fue justo al deshacerse este pequeño montón cuando un toro colorado que estaba en él, de nombre Aguilito, enganchó a un joven por el pañuelo rojo de fiestas y así lo arrastró hasta que ya en el callejón de entrada a la plaza la tela se rompió y el mozo se pudo zafar.

Al final del encierro, siete corredores fueron trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra, ninguno de ellos herido por asta. Un balance que, sumado a los de días precedentes, hace de estos encierros los más limpios de los últimos años. En total, fueron atendidos en el Complejo Hospitalario de Navarra 42 corredores y solo dos de ellos con heridas por asta. Esta limpieza de los encierros también la destacó ayer el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, a su llegada a la iglesia de San Lorenzo, donde tuvo lugar la "octava" de San Fermín.

Finalmente, la corrida de la tarde, con Rafaelillo, Rubén Pinar y Pepe Moral, pamploneses y visitantes se prepararon para decir adiós a estos sanfermines y comenzar la cuenta atrás para los de 2019.