El equipo de investigadores y estudiantes de España, Canadá, Francia, Italia, Estados Unidos y otras partes del planeta que forma parte del BDRI realizó el jueves una de las expediciones diarias que, a bordo de su barco, permiten estudiar el comportamiento de los cetáceos. "Y lo que no nos esperábamos era encontrar a unos 3.000 ejemplares juntos, ya que es algo casi único, al menos en la costa gallega y europea, pues donde suelen verse grupos tan grandes es en California y Sudáfrica", relata el biólogo ferrolano que dirige el BDRI en O Grove, Bruno Díaz.

Explica que "hace un tiempo habíamos visto un grupo numeroso, quizás de unos mil individuos, pero lo que hemos podido observar el jueves superó con creces todas nuestras expectativas". Para que el lector se haga una idea puede apuntarse que llegaron a medir "casi dos millas náuticas cubiertas por delfines comunes, es decir casi cuatro kilómetros sembrados de estos animales moviéndose con gran rapidez mientras se alimentaban".

Confiesa que en las fotografías y vídeos que pudieron capturar "no se aprecia la espectacular imagen en toda su magnitud", pero al menos dejan constancia del importante avistamiento.

La presencia de estos delfines comunes, evidentemente, se debe a la abundancia de alimento frente a las Rías Baixas. "Está claro que hay grandes bancos de peces" en la boca de las rías, de ahí la llegada de aves pelágicas y mamíferos marinos.

"Cuando se concentra tanto alimento se forman bandadas enormes; los delfines se agrupan y siguen a los peces y calamares para alimentarse", detalla Bruno Díaz antes de explicar que ese mismo día había numerosos barcos de cerco trabajando en la zona, "por lo que es muy posible que los delfines estuvieran interesados en la misma pesca pelágica", posiblemente de peces pequeños de lirios, boquerón, sardina o similares agrupados en grandes bancos.

Lo que hacen los delfines comunes es formar esta especie de ejércitos, en este caso "reuniéndose todos los grupos existentes en la costa gallega". Llegan "de todas partes" a las Rías Baixas persiguiendo a sus presas, "y a lo mejor al día siguiente ya están en Portugal, porque no dejan de moverse".

Sin dejar de repetir que "avistar 3.000 ejemplares cruzando la zona es maravilloso y casi único", relata cómo sucedió todo diciendo que "al principio se veía como una gran ola oscura que se levantaba en el horizonte; con los prismáticos pudimos comprobar que era una línea inmensa de delfines".

Tras destacar que, como informó FARO, "hace días también se vio un rorcual aliblanco ( Balaenoptera acutorostrata) en el entorno de Cíes", Bruno Díaz confirma que el jueves avistaron otros grupos de delfines comunes menos numerosos a la altura de los archipiélagos de Ons y Sálvora.

"Debemos ser conscientes de la enorme riqueza que tenemos en la costa gallega, por lo que entre todos debemos hacer lo posible para conservarla", concluye.