El pasado domingo 1 de julio, María Gómez se unió a la lista de reporteras acosadas por los aficionados del Mundial de Rusia. Mientras retransmitía la previa del partido en el que España se enfrentaría a la selección local, un hombre se le abalanzó por la espalda, le dio un beso y salió corriendo.

En un primer momento la reportera de Mediaset no supo cómo reaccionar ante el desagradable acontecimiento. Más adelante, decidía compartir lo sucedido vía twitter, en un intento por concienciar acerca de lo que mujeres como ella tienen que soportar mientras realizan su trabajo.

"Somos profesionales y pedimos respeto", sentenciaba días antes de los hechos, para denunciar el acoso continuado ejercido por parte de los asistentes al Mundial hacia algunas de sus compañeras de profesión. Véanse los casos de la periodista colombiana Julieth González Therán o la reportera brasileña Julia Guimaraes, ambos muy parecidos al sufrido por la corresponsal española.

"El problema es que además del imbécil de turno, que no es rara avis, hay legión de estúpidos que lo consideran una simple broma", ha declarado J.J. Santos, encargado de Mediaset para la cobertura del Mundial de Rusia.

No se trata de un hecho aislado, sino que durante la retransmisión del Mundial, varias periodistas sufrieron hechos similares.