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En tres palabras

Raquel Romay Tallón: "Canadá es un país muy bueno para trabajar y valora mucho la ciencia"

La experta en neurociencias de la Universidad de Victoria busca biomarcadores que permitan diagnosticar la depresión y predecir el éxito de los tratamientos

La investigadora gallega Raquel Romay durante un congreso científico.

Alrededor de 400 millones de personas en el mundo, unos 4 millones en nuestro país, sufren la enfermedad del siglo XXI. El coste sanitario de la depresión alcanza también enormes proporciones y, el año pasado, la OMS le dedicó el Día Mundial de la Salud para advertir a los gobiernos y a la sociedad sobre la necesidad de mejorar la atención médica y evitar la discriminación de quienes la padecen. Raquel Romay (Santiago, 1981), investigadora 'postdoc' en la Universidad de Victoria, busca biomarcadores que permitan mejorar el diagnóstico e incluso predecir la respuesta a diferentes tratamientos. Se trata, en fin, de "intentar mejorar la calidad de vida" de los pacientes y evitar en lo posible los casos que desembocan en suicidio.

Sus prometedores estudios, desarrollados dentro del grupo del catedrático gallego Héctor Caruncho, incluyen una colaboración "crucial" que se mantiene en marcha con expertos del hospital vigués Álvaro Cunqueiro -el jefe de Psiquiatría, José Manuel Olivares, y Tania Rivera, doctora en Psicología-. Juntos pudieron constatar en muestras de sangre de pacientes que ciertas alteraciones en la membrana de los linfocitos son válidas como biomarcadores de la enfermedad.

Y dentro de otro proyecto canadiense también en colaboración con clínicos, Raquel investiga cómo estos mismos marcadores ayudan a "discernir qué pacientes responderán bien al tratamiento, permitiendo ahorrar tiempo y ganando en eficacia". Para ello, dividen a los pacientes en dos grupos y analizan la influencia positiva de sesiones más largas con los terapeutas, una dieta equilibrada y actividad física.

Raquel, que estudió Biología y es doctora en Neurociencias, desarrolló su tesis bajo la dirección del profesor Caruncho y dentro del grupo compostelano Biofarma de Maribel Loza sobre la utilidad de un modelo de ratón para el estudio de la esquizofrenia. En 2008, comenzaron a colaborar con Lisa Kalynchuk, de la universidad canadiense de Saskatchewan, en el estudio de la depresión con otro modelo animal basado en el estrés como factor de vulnerabilidad para desarrollar la enfermedad.

Su tutor acabó mudándose al grupo canadiense y en 2015, ante la falta de oportunidades para seguir la carrera en España, le brindó la oportunidad de continuarla allí. Primero, en Saskatchewan y, desde el año pasado, en Victoria, la capital de la Columbia Británica.

Además de seguir trabajando con modelos de ratón, sus estudios actuales se enfocan en validar en personas, gracias a las colaboraciones con el Royal Jubilee Hospital y el Cunqueiro, los posibles biomarcadores de depresión hallados en animales. "La idea es reclutar más pacientes en Vigo para consolidar nuestros resultados y también analizar otras proteínas alteradas que además de ser indicadoras de depresión también podrían ser útiles para esquizofrenia o trastornos bipolares", comenta.

"Estos estudios son posibles gracias a la colaboración de mucha gente. Trabajamos juntos farmacólogos, psiquiatras, neurólogos o bioquímicos. Hoy la ciencia en solitario no funciona", apunta.

También los recursos son clave: "Canadá es un buen país, la calidad de vida es alta y se respeta al trabajador. Y valora mucho la investigación. Trudeau anunció a principios de año que aumentaría la inversión de 1 a 4 billones de dólares. Cuando cuento aquí que, durante mi último año de tesis, tuve que trabajar en una funeraria para poder acabarla y pagarme las facturas porque no tenía ninguna beca ni ayuda les parece tercermundista. España da una imagen muy triste".

De ahí, que asegure "tener fe" en el nuevo Gobierno. "Que haya un ministro de Ciencia me parece muy interesante. Ojalá tenga margen de maniobra para incrementar el presupuesto y las becas. Debería ayudar no solo a los grupos que publican en Nature, porque por debajo también se hace ciencia de calidad. Y facilitar el retorno. He intentado volver muchas veces pero parecemos descartables, es frustrante. La gente del exterior tiene muy buena formación y está muy motivada. Seríamos un estímulo para los jóvenes", plantea.

En su jardín canadiense, Raquel planta pimientos de Padrón para combatir la morriña : "¡Mis amigos ya se han instalado en la cultura de los pimientos y la tortilla! La mejor forma de llevarlo es hacer casa en el lugar donde estés. Me encanta mi trabajo y tengo un pacto conmigo misma. Mientras esté feliz seguiré aquí".

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