Los consumidores deberán pagar a partir de este domingo por cada bolsa de plástico de reciban, incluidas las más pequeñas y ligeras, algo ya generalizado en España para las bolsas de plástico más grandes.

El Gobierno aprobó el pasado 18 de mayo un decreto que pone fin a las bolsas de plástico ligeras que todavía se entregan de forma gratuita en numerosos comercios, un envase muy dañino desde el punto de vista ambiental por su baja reutilización y porque se dispersan como basura fácilmente debido a su reducido peso.

La obligatoriedad de cobrar las bolsas de plástico de un solo uso, cuyo precio oscilará entre los 5 y los 15 céntimos de euro, es un paso intermedio para desincentivar su consumo, ya que la prohibición total de las mismas entrará en vigor en 2021, salvo que estén fabricadas con material compostable.

El real decreto que aprobó el Gobierno en mayo transpone al ordenamiento jurídico español la directiva comunitaria para reducir el impacto medioambiental de los envases y de sus residuos.

Las bolsas de plástico se clasifican, según su peso, en tres grandes categorías: las muy ligeras (menos de 15 micras), que se utilizan para productos de higiene, frescos o a granel, como frutas, carne o pescado; las ligeras (menos de 50 micras), que se entregan de forma gratuita en muchos comercios; y las gruesas (más de 50 micras), por las que los comercios cobran una pequeña cantidad y que se suelen reutilizar.

El decreto establece que a partir de mañana se cobrarán todas las bolsas, pero exceptúa las muy ligeras y las gruesas recicladas, aunque a partir de 2021 estas bolsas (las ligeras y las muy ligeras) también estarán prohibidas, salvo que sean compostables (se degrada en un tiempo bajo ciertas condiciones).

Establece también esta norma que las bolsas más gruesas tienen que contener al menos un 50 por ciento de plástico reciclado y quedarán prohibidas todas las que sean de plástico fragmentables.

Las bolsas de plástico más ligeras (las que tienen menos de 50 micras) provocan graves problemas de contaminación en el medio ambiente y agravan el acuciante problema de la presencia de residuos plásticos en los mares y océanos.

Este tipo de bolsas ligeras, las más consumidas en España, se reutilizan con menos frecuencia que las grandes y por lo tanto se convierten en residuo más rápidamente, además de que tienden a dispersarse como basura con más frecuencia por su reducido peso.

La norma del Ejecutivo traslada al marco jurídico español una directiva europea que se aprobó en 2015 y que inicialmente estaba previsto que entrara en vigor el pasado 1 de marzo.

Los ecologistas han calificado las medidas incluidas en el decreto de "insuficientes para frenar la contaminación por plásticos de forma significativa" y han pedido a la ciudadanía y a los establecimientos que vayan más allá y proporcionen y usen bolsas reutilizables.

Aseguran que las bolsas compostables pueden también contener plástico y solo se degradan bajo condiciones industriales o de laboratorio muy concretas, por lo que "una vez en nuestros mares, pueden también fragmentarse en microplásticos que llegan a todo tipo de vida marina".

Las entidades Amigos de la Tierra, CECU, Desnuda la Fruta, Fundació Deixalles, Greenpeace, Orgranico, NastidePlastic, Red Ecofeminista, Asociación Residuo Cero Región de Murcia, Retorna, Surfrider España y Vivir Sin Plásticos lamentan que no se contemple la eliminación definitiva de cualquier tipo de bolsas de plástico de un solo uso y se retrase hasta el año 2020 la prohibición de las fragmentables.